viernes, 23 de noviembre de 2007

La laicidad del Estado tiene su origen en el cristianismo

El profesor de Ética y Filosofía afirma:"la laicidad del Estado tiene su origen en el cristianismo".

Madrid. Filósofo y sacerdote, Martin Rhonheimer nació en Zúrich (Suiza) en 1950. Es profesor de Ética y Filosofía política en la Universidad de la Santa Cruz (Roma); miembro del consejo editorial del American Journal of Jurisprudence y de la Academia Pontificia de Santo Tomás. Ayer pronunció una conferencia en el IESE de Madrid.

¿Cómo encuentra nuestro país después de muchos años sin visitarlo?

Hay muchas tensiones porque está en una situación de transición. Algunos piensan que España es católica y ya no lo es. Como toda crisis es una oportunidad, una crisis de crecimiento, como la adolescencia. Hoy España es un país normal, pero la normalidad incluye cosas problemáticas.

¿No es posible una sociedad cristiana?

Tiene que ser compatible con un Estado laico, con una cultura política que respeta la libertad, también y en primer lugar la libertad religiosa, que mantenga los logros de la modernidad, la democracia occidental que llamamos no-plebiscitaria, una democracia limitada, domada por los derechos constitucionales, porque los derechos humanos limitan la soberanía del pueblo, son estándares de derecho natural que indican que la mayoría no es el último criterio. La democracia no es sólo poder votar, es una cultura política compleja, que incluye la libertad, la competencia, los partidos, los derechos, la independencia judicial, un logro que hay que defender también contra la cultura islámica, que no reconoce la independencia y la separación.

¿Cuáles son esos aspectos problemáticos?

Hay un autor italiano que defiende como meta del laicismo actuar "como si Dios no existiera", es el credo laicista, que se enfrenta a lo dicho por Juan Pablo II de que leyes como la del aborto eran ilícitas y carecían de valor jurídico. Ratzinger explicó eso diciendo que no siempre es derecho lo que decide la mayoría. Para ese autor laicista, esto es fundamentalismo. Pero decir que carecen de valor tales leyes puede decirse en dos sentidos. En un sentido lo dice el que no la acepta y busca una nueva mayoría que la revise, pero reconociendo la estructura democrática: aunque algo sea derecho vigente, puede ser injusto y se puede luchar contra ello. Para eso está la democracia y eso no es fundamentalismo. En cambio, se puede criticar como si la cultura política que produce esas leyes fuera injusta, como si la democracia se deslegitimizara por despenalizar el aborto. No es eso lo que dijo Juan Pablo II: dijo que carece de valor una ley que no cumple los estándares jurídicos objetivos de la ley natural.

¿Debe sentirse cómodo el cristiano en un Estado laico?

El cristianismo es la primera religión que sólo es un proyecto religioso. Todas las otras religiones, también la griega, eran al mismo tiempo proyectos políticos y jurídicos. La Iglesia católica es la primera que no hace depender el orden sociopolítico de la religión y de textos sagrados. La laicidad tiene origen cristiano. Yo veo la modernidad como un encuentro de la Iglesia consigo misma como religión. Pero eso no quiere decir que no pueda pronunciarse en cuestiones de relevancia moral, sino que lo debe hacer sin reprochar ilegitimidad, sin dar la impresión de que la Iglesia quiera someter al poder temporal a su competencia judicial.

¿Existe un fundamentalismo democrático?

Sí, es el de Rousseau, que presupone que la voluntad general es verdadera y que, por tanto, la opinión minoritaria es ilegítima. Eso no es cierto, ya que la opinión minoritaria es tan legítima como la otra y puede ser verdadera. Las reglas del juego dicen que si quieres que tu opinión sea ley, tienes que convencer a la mayoría.

¿Y si el laicismo es anticlerical?

Es lo que sucedió a fines del siglo XIX en la Francia de la III República. Hay que tener en cuenta que la Iglesia francesa era antirrepublicana. Cuando el Papa les propuso el ralliement, la cooperación con la República, los católicos franceses no lo quisieron. La Revolución Francesa no iba contra la monarquía, sino contra la aristocracia, su lema era: "Contra los privilegios".

¿El anticlericalismo hispano es algo rancio?

Hasta cierto punto es un anacronismo. Pero no se debería reaccionar como si hubiera que defender la España católica (algo que suena a confesionalidad), porque España no es un país católico, es un país con muchos católicos, quizá con algunos de los mejores católicos del mundo, un país que tiene raíces católicas. Es verdad que la sociedad se está descristianizando y que eso es un problema, pero volviendo al pasado no se arregla.

¿Tener ideas claras es obstáculo para el diálogo?

Al contrario, no puedo tener una discusión interesante con una persona que no tiene convicciones. Sólo convencemos si argumentamos. Y la Iglesia tiene argumentos. Los documentos del Magisterio hoy día son fantásticos, porque son razonados. Por ejemplo, el documento a las uniones homosexuales alega razones seculares, políticamente aceptables, sin ninguna afirmación deducida de la Biblia: todo es de sentido común. Expone que el matrimonio tiene un estatuto particular porque es responsable de las nuevas generaciones: de su nacimiento, educación, cultura y hasta de la transmisión de la riqueza y el saber. Las uniones homosexuales no producen nada de eso. Pueden ser uniones afectivas, de amistad: la cuestión no es que la Iglesia prefiera el amor entre hombre y mujer como tal.

"No basta con cambiar leyes injustas, hay que resolver los problemas"

¿Qué hacer frente al aborto?

La Iglesia comprende el drama de la mujer, ya que el mal del aborto no es sólo que se mate a un ser humano; también es terrible para la mujer. Es un problema causado por los varones y la mujer siempre es víctima, también la que aborta, aunque haga mal. Si los católicos sólo dicen que es un crimen y no ven el problema que hay detrás, no puede solucionarse. Es importante que haya conciencia de pecado, pero después hay que ayudar a las mujeres. Los problemas no se arreglan por cambiar la ley.

¿No puede haber una legislación perfecta?

Lo importante, en el caso citado, es que haya una red social para ayudar a las mujeres embarazadas que lo están contra su deseo o voluntad. Se ha hecho mucho en el campo pro vida. Antes no era así, una mujer con un hijo natural era una vergüenza para su familia. Es una tragedia que se mate a niños inocentes, pero hay que comprender que la mujer sometida a esa presión ve sólo su vida destrozada y ése es el problema que hay que solucionar.

Cuando Juan Pablo II escribió la encíclica Evangelium Vitae, la comentarista del telediario en Suiza, que solía ser muy negativa con el Papa, estaba entusiasmada porque en el punto 99 hablaba a las mujeres que han abortado diciendo: "No os dejéis vencer por el desánimo y no perdáis la esperanza".

¿Qué hay después de la crisis?

España todavía está experimentando la libertad, pero en otros países, por ejemplo en EEUU, los jóvenes ya no quieren una sociedad sexualizada y descubren valores como la castidad y la fidelidad. Puede parecer más fácil cambiar las leyes que solucionar los problemas, pero aquello es imposible sin mayorías, y si aceptamos la democracia hemos de quedarnos tranquilos: ser testigos de la verdad con caridad y comprensión, eso sí, sin permitir la propaganda de estilos de vida indignos, como algunas propagandas contra el sida que en realidad son incitaciones a la homosexualidad.

Entrevista Santiago Mata.
La Gaceta de los negocios

martes, 20 de noviembre de 2007

Hasta 400.000 anglicanos descontentos con Canterbury piden "unión plena" con Roma

La Comunión Tradicional Anglicana, con cientos de parroquias en todo el mundo, podría "volver a Roma" en bloque. Pero, ¿bajo qué fórmula?

Mujeres sacerdote, caos doctrinal, obispos activistas homosexuales, ideología de género, desprecio a la liturgia... muchos anglicanos se cansaron del desorden en la Comunión Anglicana y organizaron sus propias congregaciones desligados de Canterbury. Una de estas es la Comunión Tradicional Anglicana (TAC en inglés). Y tras unos años, han escrito una carta a Roma "buscando la unión plena, corporada, sacramental". ¿Qué dirá Benedicto XVI?

La TAC ha difundido el siguiente comunicado en la prensa y en su web http://www.acahome.org/tac/index.htm:

"El colegio de obispos de las Comunión Tradicional Anglicana (TAC), se reunió en Sesión Plenaria en Portsmouth, Inglaterra, en la primera semana de octubre 2007. Los obispos y vicarios generales unánimemente acordaron el texto de una carta a la Sede de Roma buscando la unión plena, corporada, sacramental. La carta fue firmada solemnemente por todo el colegio, y confiada al Primado y a dos obispos elegidos por el colegio para que se presente en la Santa Sede. La carta fue cordialmente recibida en la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El Primado de la TAC ha acordado que ningún miembro del colegio concederá entrevistas hasta que la Santa Sede haya considerado la carta y haya respondido."El primado al que se refiere el texto es John Hepworth, australiano, arzobispo de la Iglesia Católica Anglicana de Australia, una denominación anglicana sin comunión con la sede de Canterbury. En Australia sólo cuenta con 25 parroquias. Pero como primado de la TAC, al acudir a Roma con la carta que pide la unión plena, tiene en sus manos el destino espiritual de 400.000 fieles anglicanos tradicionales en todo el mundo. Ahora la pelota está en en el tejado de la Santa Sede... que puede tomarse su tiempo. Quizá bastante tiempo.

¿Qué es la Traditional Anglican Communion?

Se trata de un conjunto de iglesias de tradición anglicana que rechazaron pertenecer a la Comunión Anglicana por diversas causas de tipo doctrinal, pero sobre todo a partir de la ordenación de mujeres, primero como sacerdotisas y luego, más grave por razones organizativas, como obispas. Un fiel que siga la tradición apostólica puede evitar ir al servicio religioso de una sacerdotisa, pero... ¿cómo sabe si tal o cual sacerdote ha sido "ordenado" por una "obispa" y si por lo tanto son verdaderos y eficaces los sacramentos que imparte?

La Traditional Anglican Communion dice sumar unos 400.000 fieles. Si se integrasen en bloque en la plena comunión con Roma, sería el mayor "retorno a casa" de protestantes desde la aparición del protestantismo en el s.XVI. Las iglesias integradas en esta "comunión" son:

The Anglican Church in America 95 parroquias, 4 diócesis en EEUU, 1 diócesis en Puerto Rico, 1 diócesis en Nicaragua-América Central

The Anglican Catholic Church of Canada 43 parroquias en Canadá

The Anglican Church in Southern Africa - Traditional Rite 31 parroquias y 21 misiones en Sudáfrica

The Anglican Catholic Church of Australia 25 parroquias en Australia, 1 en Nueva Zelanda, 4 obispos

The Traditional Anglican Church (England) 22 parroquias en el Reino Unido

The Church of Torres Strait 16 parroquias en el Estrecho de Torres, entre Papúa, el norte de Australia y las islas de la zona; 3 obispos, 14 sacerdotes

The Church of Ireland - Traditional Rite 3 comunidades en 3 condados de Irlanda

y además otras dos iglesias en África (The Church of Umzi Wase Tiyopia; The Continuing Anglican Church in Zambia) y tres iglesias en Asia (The Anglican Church of India; The Orthodox Church of Pakistan; The Nippon Kirisuto Sei Ko Kai -Japón-), cuyo número de parroquias implicado no se especifica en la web de la Traditional Anglican Communion (http://www.acahome.org/tac/members/members.htm), aunque en India y África pueden ser bastantes fieles.

La parábola del hijo pródigo, como la de la oveja perdida, enseña a los cristianos a alegrarse por la vuelta a casa de una sola oveja, de un sólo hijo. ¿Qué significaría para la Iglesia Católica la acogida y plena reunión de todas estas comunidades?

No se trata sólo de "400.000 feligreses", que ya es mucho. Es también una cantidad importante de clérigos y pastores con experiencia y fervor, comunidades ya probadas, tanto en la descristianizada Europa como en el Tercer Mundo, con impacto misionero, doctrina ortodoxa, devoción, ética pro-vida y pro-familia, amor a la Biblia y a la liturgia, y una dimensión multi-étnica y multi-cultural. Sin este perfil "robusto", se habrían quedado en Canterbury.

Pero más importante aún: al acudir a Roma se marca un camino a seguir para miles de otros cristianos de tradición anglicana, descontentos con la deriva anti-bíblica del anglicanismo "de género" y homosexualista.

Todos los caminos conducen a Roma: por ejemplo, estos tres

Hay 3 vías por las que cientos de miles de anglicanos pueden ir pasando a la unión plena con la Sede de Pedro.

1- La vía de toda la vida: un cristiano anglicano (de cualquier rama) se cansa del caos doctrinal del anglicanismo y "vuelve a Roma". Acude a una parroquia católica y pasa por un cursillo de algún tipo (por lo general, en países anglófonos, la "iniciación católica para adultos"). Es un paso individual, a veces acompañado de la familia. Si es un sacerdote (casado o no) puede pedir que se le reconozcan (o se le confieran) las órdenes. Cada caso es un mundo. Hay un goteo constante de estos casos cada año.

2- Otra situación: que toda una denominación anglicana que sin embargo no está en la Comunión Anglicana pida la plena comunión con Roma. Es el caso que estamos viendo de la Traditional Anglican Communion (TAC): todo un bloque de iglesias anglicanas, que ya hace años que rompieron con Canterbury, piden comunión con Roma.

Hay muchas iglesias en esta situación de "anglicanismo sin Canterbury". En la web de AnglicansOnLine.org dan una lista que incluye, además de las de la TAC, otras 60 iglesias anglicanas "sin comunión con Canterbury": ver en http://anglicansonline.org/communion/nic.html . Sólo en EEUU-Canadá, las llamadas iglesias anglicanas "continuing" (ver http://en.wikipedia.org/wiki/Continuing_Anglican_Movement ) sumarían más de 650 parroquias. Un buen trato de Roma a la petición de la TAC podría atraer unas cuantas iglesias más en la misma situación.

3- Tercera posibilidad: que grupos enteros de anglicanos "aún en comunión con Canterbury" dejan la Comunión Anglicana y acuden a Roma. Son grupos anglocatólicos o anglicanos tradicionales que durante décadas han intentado que les dejasen un espacio en la Comunión Anglicana: que pudiesen tener sus propias jurisdicciones sin mujeres obispo, que les dejasen hacer las cosas "a su manera" en su parroquia, que se prohibiese la ordenación a militantes homosexuales, etc...

Son plataformas internacionales como Forward in Faith (www.forwardinfaith.com , 800 parroquias en todo el mundo, según sus cifras del 2005). Mirarán a Roma más o menos según el margen de maniobra que el anglicanismo liberal (como "Affirming Catholicism", grupo que pese a presentarse como anglocatólicos es pro-mujeres obispo y pro-obispos homosexualistas) les permitan.

En el 2005 se calculaba que había 4,2 millones de católicos en Inglaterra y Gales, frente a 25 millones de bautizados anglicanos (de los cuales sólo 1,7 acuden a los servicios dominicales anglicanos). Pero ha habido una oleada inmigratoria en los dos últimos años fortísima. El vicario para los católicos polacos dijo a The Times que calculaba que había unos 600.000 polacos -católicos, claro- en el Reino Unido, la mitad recién llegados. La inmigración está cambiando el mapa religioso del país.

Hay además un goteo de conversos del anglicanismo al catolicismo desde que se empezó a ordenar mujeres: Graham Leonard, antiguo obispo anglicano de Londres, se convirtió al catolicismo con su esposa en 1995. Conversos recientes son también los ex-ministros británicos tories John Gummer y Ann Widdecombe. Hace apenas unas semanas era recibida en la Iglesia católica Anita Henderson, esposa del obispo anglicano-irlandés de Tuam-Killala.

Una posibilidad: el "uso anglicano" de la Iglesia Católica

A finales de 1970 un grupo de clérigos episcopalianos (anglicanos de EEUU) pidieron ser admitidos como sacerdotes católicos por el Papa Pablo VI. Pero estaban casados y tenían hijos. No hubo respuesta hasta 1980, con Juan Pablo II: se establecía un procedimiento por el que clérigos episcopalianos casados, con familia, podían ser ordenados como sacerdotes católicos. Desde 1983, unos 75 antiguos clérigos episcopalianos casados se han ordenado como sacerdotes católicos en EEUU.

En el Reino Unido, desde 1990 son unos 600 los clérigos anglicanos que han sido ordenados como sacerdotes católicos, de los cuales 150 eran casados, según un artículo de Dwight Longenecker en CrisisMagazine.com - http://www.crisismagazine.com/june2007/longenecker.htm - (él mismo es unpadre de familia, antiguo ministro anglicano y hoy sacerdote católico).

La Iglesia católica no admite que el orden sacerdotal que ha recibido un clérigo anglicano/episcopaliano sea verdadero orden sacerdotal. No tiene constancia, al menos. Pero su entrenamiento y experiencia como clérigos anglicanos/episcopalianos es tan cercano al catolicismo que resultan candidatos muy aceptables para ser ordenados sacerdotes católicos.

En EEUU, desde 1980, rige la "Provisión Pastoral" de Juan Pablo II que estableció el "uso anglicano" dentro de la Iglesia Católica de rito latino. Sólo 7 parroquias en EEUU lo usan: por lo general, son comunidades que se pasaron del anglicanismo al catolicismo y se les permitió seguir usando la liturgia al estilo anglicano antiguo: la Misa la oficia el sacerdote mirando al altar, se comulga de rodillas, y en general es como una misa del siglo XVI... pero en inglés, no en latín.

El último caso fue el de la Sociedad de Santo Tomás Moro en Scranton, Pennsylvania: 20 familias episcopalianas que se hicieron católicas, su pastor episcopaliano se ordenó sacerdote católico (el padre Eric Bergman) y hacen la misa en "uso anglicano" en la parroquia católica de Santa Clara.

En noviembre de 2006, el arzobispo Myers (como delegado de los obispos católicos norteamericanos) y la Anglican Use Society (http://anglicanuse.org , que quiere fomentar el "uso anglicano") se reunieron y hablaron de las posibilidades de potenciar este uso. Por un lado, habría que ayudar al clero episcopaliano que quiere hacerse católico, un clero que muchas veces es casado y con hijos... y eso requiere dinero. Por otro lado, se pide que el clero llegado del episcopalianismo pueda ser ordenado por "uso anglicano" incluso si no viene acompañado de un "pack" de feligreses anglicanos, conversos, con él.

Porque la Anglican Use Society espera que los feligreses vayan llegando. Y los sacerdotes, también. Muchos anglicanos y episcopalianos que miran a Roma huyen del liberalismo moral, de la mala liturgia, del feísmo... buscan belleza, y la ven en el lujoso "uso anglicano", más que en la misa "moderna" post-Vaticano II. Se sentirían más a gusto si se les mantiene la liturgia anglicana cuando "vuelvan a Roma".

¿Qué pasará con todas estas parroquias de la TAC que piden comunión con Roma ahora? ¿Se les pedirá que abandonen su/s liturgia/s anglicana/s? ¿No se podría adaptar para ellas en Australia, India, Sudáfrica, etc... la misma provisión que rige para el uso anglicano en EEUU?

Con más de 60 denominaciones anglicanas desligadas de Canterbury, y con cientos de parroquias que estén ligadas a Canterbury pero cada vez lo lamentan más, el Uso Anglicano es una opción de puente.

Benedicto XVI y el Vaticano han demostrado ser capaces de negociar con grupos tradicionalistas católicos que han vuelto a la unión con la Sede de Pedro. Probablemente veremos en los próximos años como muchas comunidades anglicanas encuentran su lugar en la Iglesia Católica.

Y tras ellas, vale la pena mirar al resto del mundo protestante. Muchos evangélicos pro-vida y pro-familia hace años que ven a Roma como un aliado, no un enemigo. También hay un puente ecuménico importante en mundos como la experiencia carismática católica y protestante, y en iniciativas de evangelización conjunta, o de trabajo social contra la pobreza. A medida que la incertidumbre teológica divide a los protestantes en liberales y conservadores, en un cristianismo fraccionado Roma aparecerá cada vez más como la apuesta más clara al deseo de Jesús: "Padre, que sean uno".

Un poco de estadística: el clero anglicano no cree

Inglaterra tiene casi 50 millones de habitantes, y la mitad de los adultos se declara anglicano, pero sólo unos 980.000 anglicanos acuden a alguna de sus 16.000 iglesias cada domingo y en Navidad acuden hasta 2,6 millones. De los practicantes habituales unos 178.000 se consideran anglo-católicos. Es una cifra de anglocatólicos que permanece estable pese a la marcha de muchos a la unión con Roma, quizá por la venida de anglicanos de tradición evangélica que se pasan al estilo anglocatólico. Por comparación, los católicos practicantes son 1.070.000 (sobre un total de 4 millones de católicos bautizados), repartidos en unas 3.500 parroquias y capillas.

En julio de 2002 se presentó un informe estadístico realizado por Christian Research titulado "Cost of Conscience" en el que se analizaba las creencias del clero anglicano masculino y el femenino a partir de afirmaciones que se proclaman en el Credo (idéntico al católico) en los oficios anglicanos. Los resultados eran muy claros.

Creo en el Espíritu Santo: 77% sacerdotes, 74% sacerdotisas

Creo en Dios Padre: 83% sacerdotes, 74% sacerdotisas

Creo en la Trinidad: 78% sacerdotes, 70% sacerdotisas

Cuando el Credo habla de Jesús, las diferencias aumentan:

Creo que Jesús murió para quitar el pecado del mundo: 76% sacerdotes, 65% sacerdotisas

Creo que el cuerpo de Jesús resucitó de entre los muertos: 68% sacerdotes, 53% sacerdotisas

Creo que Jesús es el único camino para ser salvado: 53% sacerdotes, 39% sacerdotisas.

Creo que Jesús nació de una Madre Virgen: 58% sacerdotes, 33% sacerdotisas.

Los anglicanos ordenarán "obispas"... pero muchos se marcharán antes http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3690

Informe "Cost of Conscience" en inglés, sobre pérdida de la fe ortodoxa en el anglicanismo británico http://trushare.com/SURVEY/New%20Survey%20Page%20241003.htm

Leonard Graham, obispo anglicano de Londres, se convierte al catolicismo http://apologetica.org/leonard.htm

Ex-sacerdotisa episcopaliana, hoy católica: "lo mejor es el celibato"http://www.archimadrid.es/alfayome/menu/pasados/revistas/2001/oct2001/num278/Aqui/aqui2.htm

John Gummer, parlamentario y exministro, de anglicano a católicohttp://www.e-cristians.net/cream/?site=ecristians&idioma=es&page=9&post=1353¿Celibato obligatorio o curas casados? Habla Dwight Longenecker, ex-sacerdote anglicano, hoy católicohttp://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3182




Sobre este tema
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Contra la difamación: 13 declaraciones de líderes judíos en defensa de Pío XII

Publicamos 13 declaraciones de líderes judíos -desde Einstein hasta los grandes rabinos de Bucarest, Palestina y Roma-, una respuesta a los bulos contra el Papa Pacelli.

Entre el domingo 15 y el lunes 16 de abril de 2007, Israel ha hecho sus actos anuales de homenaje a las víctimas del Holocausto nazi. Las televisiones y radios han emitido durante toda la jornada documentales, películas históricas y entrevistas a supervivientes.

A los actos oficiales ha acudido finalmente el nuncio vaticano en Israel, monseñor Antonio Franco, que el pasado jueves 12 había anunciado su "dolorosa renuncia" a las anuales celebraciones de la Jornada de la Memoria, que tendrán lugar en el museo Yad Vashem de Jerusalén. El Vaticano protestaba así porque en la séptima sala del museo hay una foto de Pío XII con un texto en el que se le acusa de "silencio" y "falta de directrices" y no denunciar el holocausto.

Monseñor Franco escribió a las autoridades judías: "Quizá se podría quitar la foto o cambiar la frase. Pero ciertamente el Papa no puede ser colocado en medio de hombres que deberían avergonzarse de lo que hicieron contra los judíos. Pío XII no debería avergonzarse por todo lo que hizo por la salvación de los judíos, documentado por fuentes históricas". Y es que ya el anterior nuncio, Pietro Sambi, lo había pedido cuando se abrió este museo en 2005.

Al final, el presidente del museo Yad Vashem, Avner Shalev, prometió al nuncio "reconsiderar el modo en el que el se presenta al Papa Pío XII", y por esa razón monseñor Franco acudió a los actos: "Mi acción no pretendía renunciar a las celebraciones sino llamar la atención sobre el modo en que se presenta al Papa, mi objetivo ha sido logrado".

Los bulos contra Pío XII no remiten pese a los documentados trabajos de historiadores, incluso judíos, defendiendo al Papa. Los bulos nacieron con la propaganda comunista de los años 60 y se transmitieron a través de la "nueva izquierda" por toda Europa, junto con la obra de financiación soviética "El Vicario", de Huchhoth. En ella se basa la película "Amén", de Costa-Gavras, que se ha visto en las televisiones esta Semana Santa.

Por eso, cabe recordar algunos datos históricos, que tomamos, por ejemplo, del libro de Vicente Cárcel Ortí y Juan E. Schenk Pío XII, ¿defensor de los judíos?

¿Pío XII y Hitler tenían buena relación?

Hitler consideraba a Pío XII su peor enemigo y en diversas ocasiones dijo que una vez terminada la guerra habría eliminado para siempre en Europa tanto a la Iglesia católica como al cristianismo, que consideraba como un producto del judaísmo [...]

¿Por qué Pío XII no hizo declaraciones públicas denunciando el Holocausto durante la guerra?

Pío XII hizo por los hebreos cuanto le fue humanamente posible hacer. Hizo ciertamente mucho más que el presidente de los Estados Unidos, Roosevelt y el primer ministro inglés, Churchill, quienes estaban mucho mejor informados que el Papa de cuanto sucedía en Alemania. Estos callaron dos años y no intervinieron. En cambio, Pío XII ordenó secretamente a la Iglesia que ayudara a los hebreos perseguidos y limitó los daños de la guerra en cuanto le fue posible.

Pío XII no lanzó anatemas contra Hitler y contra los nazis, que en aquellos momentos terribles hubieran sido inútiles y dañinos para los mismos hebreos, sino que intervino con la caridad para ayudar a todos. Su deber de padre y pastor le obligaron a no aumentar los sufrimientos de poblaciones probadas por la guerra y la persecución con intervenciones públicas que hubieran agravado la situación.

Lo mismo hicieron las Cruz Roja Internacional y el World Jewish Congress (Congreso Mundial Judío). Ambas organizaciones socorrieron a las víctimas pero no hicieron declaraciones públicas de condena contra las atrocidades nazis porque habrían sido contraproducentes y habrían desencadenado una represión todavía mayor.

Además, en ForumLibertas hemos querido bucear un poco por los archivos en busca de declaraciones de fácil acceso: 13 autoridades judías, desde 1940 hasta nuestros días, en defensa del Papa y la Iglesia.

13 líderes judíos en defensa de Pío XIILas críticas contra el Papa partieron de sectores ligados al bloque comunista soviético, no de los judíos. Empezaron además en 1963, cinco años después de la muerte del Papa, con la obra de teatro de la Alemania comunista de Rolf Hochhuth. Hasta ese año el reconocimiento judío a Pío XII era unánime. Y también después de esa fecha, los historiadores judíos lo tienen claro. Pío XII salvó a muchos judíos.

1. "Cuando tuvo lugar la revolución en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad. Antes nunca había experimentado un interés particular por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque la Iglesia fue la única que tuvo la valentía y la constancia para defender la verdad intelectual de la libertad moral."

[Albert Einstein, judío alemán y premio nobel de física, en la revista norteamericana TIME el 23 de diciembre de 1940]

2. "El pueblo de Israel nunca olvidará lo que Su Santidad y sus ilustres delegados, inspirados por los principios eternos de la religión que forman los fundamentos mismos de la civilización verdadera, están haciendo por nuestros desafortunados hermanos y hermanas en este hora, la más trágica de nuestra historia, que es prueba viviente de la divina Providencia en este mundo"

[Isaac Herzog, Gran Rabino de Palestina, el 28 de febrero de 1944; Actes et documents du Saint Siege relatifs a la Seconde Guerre Mondiale, X, p. 292.]

3. "No es fácil para nosotros encontrar las palabras adecuadas para expresar el calor y consuelo que experimentamos por la preocupación del Supremo Pontífice, que ofreció una larga suma para aliviar los sufrimientos de los judíos deportados; los judíos de Rumanía nunca olvidaremos estos hechos de histórica importancia"

[Alexander Shafran, Gran Rabino de Bucarest, el 7 de abril de 1944; Actes et documents du Saint Siege relatifs a la Seconde Guerre Mondiale, X, p. 291-292]

4. "Hemos oído la gran parte que el Santo Padre ha jugado en la salvación de refugiados en Italia, y sabemos de fuentes que merecen confianza que este gran Papa ha extendido su mano poderosa y acogedora para ayudar a los oprimidos en Hungría"

[Juez Joseph Proskauer, presidente del American Jewish Committee, en la marcha de concienciación del 31 de julio de 1944 en Nueva York]

5. "Dirigimos un reverente homenaje de reconocimiento al Sumo Pontífice, a los religiosos y religiosas que poniendo en práctica las directrices del Santo Padre, sólo han visto en los perseguidos a unos hermanos, y con arrojo y abnegación han actuado de forma inteligente y eficaz para socorrernos, sin pensar en los gravísimos peligros a que se exponían".

[Giuseppe Nathan, comisario de la Unión de Comunidades Israelitas italianas, 07-09-1945]

6. "Al Santo Padre, en nombre de la Unión de las Comunidades Israelitas, su más sentido agradecimiento por la obra llevada a cabo por la Iglesia Católica en favor del pueblo judío en toda Europa durante la guerra".

[A.Leo Kubowitzki, secretario general del World Jewish Congress, al ser recibido por el Papa el 21-09-1945]

7. "Desearía aprovechar esta oportunidad para rendir homenaje al Papa Pío por su esfuerzo en favor de las víctimas de la guerra y la opresión. Proveyó de ayuda a los judíos en Italia e intervino a favor de los refugiados para aligerar su carga"

[William Rosenwald, presidente de United Jewish Appeal for Refugees, 17 de marzo de 1946, citado el 18 de marzo en el New York Times]

8. "Pueden ser escritos volúmenes acerca de las multiformes obras de socorro de Pío XII. Las reglas de la severa clausura caen, todas y cada una de las cosas, están al servicio de la caridad. Escuelas, oficinas administrativas, iglesias, conventos, todos tienen sus huéspedes. Como un centinela ante la sagrada herencia del dolor humano, surge el Pastor Angélico, Pío XII. Él ha visto el abismo de desgracia hacia el cual la humanidad se dirige. Él ha medido y pronosticado la inmensidad de la tragedia. Ha hecho de sí mismo el heraldo de la voz de la justicia y el defensor de la verdadera paz."

[Eugenio Zolli en su libro Before the Dawn, 1954; su nombre original era Israel Zoller, gran rabino de Roma durante la Segunda Guerra Mundial; convertido al cristianismo en 1945, se bautizó como "Eugenio" en honor a Eugenio Pacelli, Pío XII]

9. "Lloramos a un gran servidor de la paz que levantó su voz por las víctimas cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo"

[Golda Meier, ministra de exteriores de Israel, octubre de 1958, al morir Pío XII]

10. "En un tiempo en el que la fuerza armada dominaba de forma indiscriminada y el sentido moral había caído al nivel más bajo, Pío XII no disponía de fuerza alguna semejante y pudo apelar solamente a la moral; se vio obligado a contrastar la violencia del mal con las manos desnudas. Hubiera podido elevar vibrantes protestas, que hubieran parecido incluso insensatas, o más bien proceder paso tras paso, en silencio. Palabras gritadas o actos silenciosos. Pío XII escogió los actos silenciosos y trató de salvar lo salvable".

[Pinchas E. Lapide, historiador hebreo y consul de Israel en Milán, en su obra "Three Popes and Jews", Londres 1967; calcula que Pío XII y la Iglesia salvaron con sus intervenciones unas 850.000 vidas].

11. "El mismo Papa fue denunciado por Joseph Goebbels -ministro de Propaganda del gobierno nazi- por haber tomado la parte de los judíos en el mensaje de Navidad de 1942, en el que criticó el racismo. Desempeñó también un papel, que describo con algunos detalles, en el rescate de las tres cuartas partes de los judíos de Roma."

[Sir Martin Gilbert, historiador judío inglés experto en el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, en una entrevista el 02-02-2003 en el programa "In Depth", del canal televisivo C-Span]

12. "¿El linchamiento contra Pío XII? Una porquería. Vengo de una familia de origen judío y he tenido parientes que murieron en los campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Ese Papa y la Iglesia que tanto dependía de él, hicieron muchísimo por los judíos. Seis millones de judíos asesinados por los nazis y casi un millón de judíos salvados gracias a la estructura de la Iglesia y de este pontífice. Se recrimina a Pío XII por no haber alzado un grito ante las deportaciones del ghetto de Roma pero otros historiadores han observado que nadie vio a los antifascistas corriendo hacia la estación para tratar de detener el tren de los deportados. Uno de los motivos por los que este importante Papa fue crucificado se debe al hecho de que tomó parte contra el universo comunista de manera dura, fuerte y decidida."

[Paolo Mieri, periodista judío italiano, ex-director del Corriere della Sera, presentando el libro Pio XII; Il Papa degli ebrei, de Andrea Tornielli el 6 de junio de 2001. ]

13. "Pío XII no fue el Papa de Hitler, sino el defensor más grande que nunca hemos tenido los judíos, y precisamente en el momento en el que lo necesitábamos. El Papa Pacelli fue un justo entre las naciones a quien hay que reconocer el haber protegido y salvado a centenares de miles de judíos. Es difícil imaginar que tantos líderes mundiales del judaísmo, en continentes tan diferentes, se hayan equivocado o confundido a la hora de alabar la conducta del Papa durante la guerra. Su gratitud a Pío XII duró durante mucho tiempo, y era genuina y profunda."

[David G. Dalin, rabino de Nueva York e historiador, 22 de agosto de 2004, entrevistado en el meeting de Rímini, Italia]

Sobre este tema se
está hablando aquí, en los foros IntCat.

domingo, 18 de noviembre de 2007

El amor da el sentido al universo

Intervención de Benedicto XVI con motivo de la oración mariana del Ángelus

domingo, 18 noviembre 2007

* * *

¡Queridos hermanos y hermanas!

En la página evangélica del hoy, San Lucas vuelve a proponer a nuestra reflexión la visión bíblica de la historia y refiere las palabras de Jesús que invitan a los discípulos a no tener miedo, sino a afrontar dificultades, incomprensiones y hasta persecuciones con confianza, perseverando en la fe en Él. «Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones –dice el Señor--, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato» (Lc 21,9). Consciente de esta advertencia, desde el inicio la Iglesia vive en la espera orante del retorno de su Señor, escrutando los signos de los tiempos y poniendo en guardia a los fieles de recurrentes mesianismos, que de vez en vez anuncian como inminente el fin del mundo. En realidad, la historia debe seguir su curso, que comporta también dramas humanos y calamidades naturales. En ella se desarrolla el proyecto de salvación al que Cristo ha dado ya cumplimiento en su encarnación, muerte y resurrección. Este misterio la Iglesia sigue anunciando y poniendo por obra con la predicación, con la celebración de los sacramentos y el testimonio de la caridad.

Queridos hermanos y hermanas: acojamos la invitación de Cristo de afrontar los sucesos diarios confiando en su amor providente. No temamos por el futuro, incluso cuando nos pueda parecer de tintes sombríos, porque el Dios de Jesucristo, que asumió la historia para abrirla a su cumplimiento trascendente, es su alfa y omega, el principio y el fin (v. Ap 1,8). Él nos garantiza que en cada pequeño pero genuino acto de amor está todo el sentido del universo, y que quien no duda en perder la propia vida por Él, la reencontrará en plenitud (v. Mt 16,25).

A tener viva tal perspectiva nos invitan, con singular eficacia, las personas consagradas, que han puesto sin reservas sus vidas al servicio del Reino de Dios. Entre éstas desearía recordar particularmente a las llamadas a la contemplación en los monasterios de clausura. A ellas la Iglesia dedica una Jornada especial el miércoles próximo, 21 de noviembre, memoria de la presentación de la Virgen María en el Templo. Mucho debemos a estas personas que viven de lo que la Providencia les procura mediante la generosidad de los fieles. El monasterio, «como oasis espiritual, indica al mundo de hoy lo más importante, más aún, al final la única cosa decisiva: existe una razón última por la que vale la pena vivir, que es Dios y su amor inescrutable» (Heiligenkreuz, 9 de septiembre de 2007). La fe que opera en la caridad es el verdadero antídoto contra la mentalidad nihilista, que en nuestra época cada vez va extendiendo más su influencia en el mundo.

Nos acompaña en la peregrinación terrena María, Madre del Verbo encarnado. A Ella le pedimos que sostenga el testimonio de todos los cristianos, para que se apoye siempre sobre una fe sólida y perseverante.

ZENIT.org

viernes, 16 de noviembre de 2007

El obispo de Roma


Quinto documento del dialogo teológico católico-ortodoxo

Comienza la reflexión sobre el papel del obispo de Roma

Eleuterio F. Fortino

La X sesión plenaria de la Comisión mixta del diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, que tuvo lugar en Rávena (8-15 de octubre de 2007), concordó e hizo público un documento titulado «Consecuencias eclesiológicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comunión eclesial, conciliaridad y autoridad». El documento es complejo y denso en aspectos históricos, eclesiológicos, canónicos. Como conclusión de la sesión se leyó, párrafo a párrafo, y se aprobó por todos los miembros presentes antes de que los dos co-presidentes lo declararan aprobado y publicable con un embargo de un mes.

El último número del documento expresa la convicción de la importancia del resultado alcanzado en estos términos: «Nosotros, miembros de la Comisión internacional [...] estamos convencidos de que la declaración arriba citada representa un progreso positivo y significativo en nuestro diálogo y proporciona una sólida base para la discusión futura sobre la cuestión del primado en la Iglesia a un nivel universal». El documento expresa una etapa en el diálogo que vislumbra ante sí un camino aún largo. El documento se sitúa en la perspectiva de la visión de la comunión eclesial (koinonìa, communio) así como ha surgido de los primeros cuatro documentos publicados por esta Comisión. En el intento de describir la naturaleza de la comunión eclesial se había afirmado que ella se funda en la unidad de fe, de sacramentos y de ministerio. «Sobre la base de tales afirmaciones comunes de nuestra fe –se declara en el presente documento— debemos ahora sacar las consecuencias eclesiológicas y canónicas derivadas de la naturaleza sacramental de la Iglesia». El documento parte de un doble interrogante: ¿de qué modo la vida de la Iglesia manifiesta su estructura sacramental? ¿Cuál es la relación entre la autoridad inherente a toda institución eclesial y la conciliaridad que deriva del misterio de la Iglesia como comunión?

El documento se articula en dos partes. En la primera se presentan los fundamentos de la conciliaridad y de la autoridad en la Iglesia, dos dimensiones trenzadas entre sí para sustentar la comunión eclesial y hacerla armónicamente activa. En la comunión eclesial –se afirma— todos los fieles son responsables de la vida de la Iglesia, y no sólo los obispos, si bien estos tienen un carisma y un papel propio. Al proclamar la fe de la Iglesia y al aclarar las normas del comportamiento cristiano, los obispos por institución divina tienen una tarea específica, cuya autoridad (exousìa) no es «algo que la comunidad delega», sino al contrario, «es un don del Espíritu Santo destinado al servicio (diakonìa) de la comunidad y jamás ejercido fuera de ella». En este punto se cita a San Cipriano, según el cual el obispo está en la Iglesia y la Iglesia en el obispo. Un modo particular con el que se expresa la autoridad y la conciliaridad en la vida de la Iglesia son los concilios locales, regionales y ecuménicos. La dimensión conciliar de la vida de la Iglesia pertenece a su naturaleza más profunda. En el documento se recalca que «los concilios constituyen el principal modo de ejercicio de la comunión entre los obispos», pero en la historia se indican otras expresiones, como cartas de comunión, consultas, recursos a ayudas en tiempos difíciles, en momentos de crisis, de cismas o de herejías.

La segunda parte del documento trata de modo específico de la «triple actualización de la conciliaridad y de la autoridad». Esta perspectiva se introduce con la afirmación de que «la dimensión conciliar de la Iglesia debe estar presente en los tres niveles de la comunión eclesial: local, regional y universal». A nivel local se entiende la diócesis confiada al obispo. A nivel regional se entiende un conjunto de Iglesias locales (metrópolis, patriarcado) con sus obispos que reconocen a aquél que es el primero entre ellos. Para el nivel universal se afirma en el documento que «aquellos que son los primeros (pròtoi) en las diversas regiones, junto a todos los obispos, colaboran en lo que respecta a la totalidad de la Iglesia. A este nivel los pròtoi deben reconocer a quién es el primero entre ellos».

Cuanto es afirmado para este tercer nivel contiene la novedad del documento porque introduce la visión de la catolicidad de la Iglesia y el papel del obispo de Roma en ella, del que, en la próxima fase de diálogo, se deberán precisar de común acuerdo sus prerrogativas. En esta visión el documento trata el papel de los concilios ecuménicos en la historia, instrumentos privilegiados de conciliaridad y de autoridad. El documento afirma: «La conciliaridad a nivel universal, ejercida en los concilios ecuménicos, implica un papel activo del obispo de Roma, como pròtos entre los obispos en las sedes mayores, en el consenso de la asamblea de los obispos. Aunque el obispo de Roma no haya convocado los concilios ecuménicos de los primeros siglos, y no los haya presidido nunca, él estuvo sin embargo involucrado en el proceso decisional de tales concilios». Primado y conciliaridad son «recíprocamente interdependientes». El documento aquí observa que en los distintos niveles de la vida de la Iglesia –local, regional, universal-- «el primado debe ser siempre considerado en el contexto de la conciliaridad y, análogamente, la conciliaridad en el contexto del primado». El documento entra más directamente en el problema del pròtos a nivel universal. Recuerda ante todo que «ambas partes (católicos y ortodoxos) concuerdan sobre el hecho de que Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer puesto de la tàxis y que el obispo de Roma era por lo tanto el pròtos entre los patriarcas».

Por lo que respecta al primado en los diversos niveles, el documento afirma dos puntos:

a) Se trata de una práctica firmemente fundada en la tradición canónica de la Iglesia.

b) Mientras el hecho del primado a nivel universal es aceptado por Oriente y por Occidente, existen diferencias tanto acerca del modo según el cual debe ser ejercido como acerca de sus fundamentos escriturísticos y teológicos.

El documento señala varios caminos de investigación.

Ante todo uno de carácter histórico; las dos partes en diálogo «no están de acuerdo en la interpretación de los testimonios históricos en lo relativo a las prerrogativas del obispo de Roma en cuanto pròtos, cuestión incluida en diversas formas ya en el primer milenio».

En perspectiva plantea la siguiente cuestión: «¿Cuál es la función específica del obispo de la primera sede en una eclesiología de koinonìa?».

Este interrogante coincide con la petición que hizo el Papa Juan Pablo II de un diálogo fraterno a fin de «encontrar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva. (...) Que el Espíritu Santo nos dé su luz e ilumine a todos los Pastores y teólogos de nuestras Iglesias para que busquemos, por supuesto juntos, las formas con las que este ministerio pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por unos y otros» (Ut unum sint, 95).

Tal vez el diálogo católico-ortodoxo es la respuesta más comprometida a la petición del Papa Juan Pablo II.

El presente documento de la Comisión mixta internacional ha concordado una base sólida para el diálogo sobre la cuestión crucial y ha proyectado un plan concreto para la continuación del estudio ulterior. Por ahora, ha decidido el tema para la próxima sesión plenaria que tendrá lugar en el mes de octubre de 2009. El tema será la continuación de aquél concluido en Rávena y su profundización: «El papel del obispo de Roma en la comunión eclesial en el primer milenio». El diálogo, bien orientado, queda positivamente abierto.

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viernes, 9 de noviembre de 2007

Quieren acallar a la Iglesia

Cuenta Eugenio Xammar en Crónicas desde Berlín (1930-1936) que en 1934, la Iglesia alemana, especialmente la católica, se oponía al régimen nazi. Y Goebbels profería contra ella amenazas como ésta: «El nacionalsocialismo no está dispuesto a tolerar que el púlpito sirva para hacer propaganda política indirecta y solapada». Hoy en día, en España, se arremete duramente contra la Iglesia católica desde dos diarios progubernamentales, uno más que otro como es público y notorio. Se reprocha a la Iglesia «su persistente e indisimulado activismo político» y su «acoso a algunas instituciones y magistraturas del Estado». Se denuncia que «la Iglesia sigue reclamando en la vida pública española un espacio que no le corresponde. Pero, además, sigue reclamándolo desde unas posiciones abiertamente partidistas, cuando no directamente sectarias». La invectiva periodística concluye: «La jerarquía eclesiástica española ha renunciado a la autoridad moral en favor de la militancia política». ¡Cuánta similitud entre esto y lo de Berlín¡.

A los furibundos ataques se suman noticias de corte anticlerical que informan de la preparación de un programa electoral del PSOE que propone la revisión del Concordato entre el Estado español y la Santa Sede de 1979 y de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980. Se pretendería, así, suprimir, por ejemplo, la presencia eclesiástica en las Fuerzas Armadas y en los funerales y demás actos protocolarios del Estado. Y como guinda a este pastel de ingredientes anticlericales y volterianos, la respuesta ofrecida en su periódico amigo por el presidente del Gobierno. Ante la pregunta precocinada ¿qué le parece la batalla mediática sobre el 11-M? responde de forma magnánima, espléndida, como él sólo sabe: «Como presidente del Gobierno debo hacer un llamamiento a la Conferencia Episcopal para que desde esa emisora de su propiedad se contribuya a la convivencia y a la verdad». O sea que, ese estadista de atolón que, cual lucecita de El Pardo, alumbra la vida plurinacional, ese genio de la gestión pública que eleva nuestros ánimos recordándonos que en economía somos un país que juega en la Champions League, que España, como octava potencia mundial, se prepara para el futuro, y quién sabe si en el 2010 puede situar un hombre en la Luna, gracias a la Ministra de Fomento, ese presidente de dibujos animados tiene aún tiempo para dirigir un llamamiento ¿o requerimiento? a una emisora de radio libre, como hace días lanzó un dardo intervencionista a la banca, sugiriendo ¿o imponiendo? no denegar créditos a los clientes. En verdad, que aspira al control total de la sociedad. Al totalitarismo.

Cuánta razón asiste al embajador español en la Santa Sede, el socialista Francisco Vázquez, al afirmar que «en el PSOE siempre ha habido una corriente anclada en el pasado, que yo he llamado a veces casposa. Están muy atrasados respecto al papel de la fe y del compromiso religioso y lo que eso conlleva, una ignorancia absoluta con respecto a lo que representa la Iglesia en la configuración de muchas realidades actuales como es el compromiso con la igualdad y con la justicia".

El diplomático también arrea a la prensa adicta al Gobierno: "Ha tomado una línea editorial marcadamente contraria a la Iglesia con una deformación importante de la verdad". Lo dice Vázquez. No el cardenal Cañizares ni el cardenal Rouco. Hay en marcha una ofensiva laicista contra la Iglesia que niega su presencia en la vida pública, además de acusarla de hacer política, de ser sectaria y partidista y de estimular la crispación. ¡Cuánta incoherencia en los acusadores¡. Cuando Juan Pablo II se oponía a la guerra de Irak o cuando los obispos de las diócesis catalanas opinaban favorablemente sobre el Estatut, nuestra progresía sonreía hipócritamente. Si la Iglesia católica critica la asignatura de Educación para la Ciudadanía o afirma que sólo es matrimonio la unión de un hombre y de una mujer, entonces, esa misma progresía exclama ¡bah¡ ya están los obispos o el Papa metiéndose en política. La Iglesia católica está donde ha estado siempre: en el Evangelio. Es la única que, separando perfectamente lo temporal de lo espiritual, supera las fronteras nacionales y enlaza a todos los hombres por vínculos superiores a los meramente políticos. Es un aliado indispensable como defensora de los derechos del hombre y en las luchas por la libertad.

El laicismo niega a la Iglesia la defensa de sus enseñanzas e instituciones cuando en la vida pública se vulneran sus derechos y doctrina. Pretende arrojarla a una perpetua zozobra haciéndola depender no del derecho, sino de la benevolencia de quienes manejan un poder inmenso. Persigue su destierro civil recluyéndola en los templos.

Se pretende acallar su voz. Ese hábito tan funesto de impedir hablar, recuerda la anécdota de Melquíades Álvarez en Oviedo por los años 30. Iba a hablar D. Melquíades en dicha ciudad, por primera vez tras abandonar las tesis republicanas y sumarse a la causa monárquica. Sus antiguos correligionarios ovetenses decidieron impedir el discurso. Cuando al orador le tocaba su turno, comenzó un vocerío y una pitada tremendos. Tras minutos de alboroto y como los ruidosos empezaban a flaquear, alguien alentó desde las gradas: «No le dejéis hablar que nos convence». Hoy temen algunos que la voz de la verdad resuene y convenza, e incapaces de soportar la libertad que trae consigo, se vean obligados a silenciarla. Como en Berlín.

Raúl Mayoral Benito
La Gazeta de los Negocios
6.XI.2007

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Joseph Ratzinger y las religiones. Entrevista con el profesor Rodríguez Duplá

SALAMANCA, martes, 6 noviembre 2007 ( ZENIT.org).- La editorial Ciudad Nueva ha editado un nuevo libro bajo el título «La Iglesia, Israel y las demás religiones» que recoge cuatro escritos del entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, sobre el diálogo interreligioso.

Zenit ha entrevistado al profesor Leonardo Rodríguez Duplá (Madrid, 1963), catedrático de ética y filosofía política en la Universidad Pontificia de Salamanca, de cuya facultad ha sido decano durante seis años y autor de la presentación del libro.

El profesor Rodríguez Duplá, que estudió filosofía en Madrid, Salzburgo y Munich, afirma que la manera de entender el diálogo del entonces cardenal Ratzinger «se caracteriza por la disponibilidad a aprender de los otros».

--¿Cuál es la visión del entonces cardenal Ratzinger sobre el diálogo interreligioso?

--Rodríguez Duplá: Desde los años del Concilio Vaticano II la Iglesia ha animado constantemente a la práctica del diálogo con creyentes de otras religiones, y en particular al diálogo con la fe de Israel.

El teólogo Joseph Ratzinger no ha sido ajeno a esta sensibilidad eclesial. En escritos publicados a los largo de varias décadas de actividad teológica y pastoral ha dado muestras de un constante interés por el diálogo interreligioso.

Su manera de entender este diálogo se caracteriza por la disponibilidad a aprender de los otros.

No se debe excluir de antemano que las grandes tradiciones religiosas no cristianas contengan elementos importantes de la verdad que salva, elementos que, incorporados al caudal de la religión cristiana, contribuirán a purificar nuestra fe.

Para identificar esos elementos valiosos es preciso conocer las otras religiones, lo cual implica el esfuerzo, ciertamente de arduo, de entenderlas «desde dentro», sin imponerles un molde universal y abstracto.

Por otra parte, esta disposición a aprender de los demás no comporta renuncia a la pretensión de verdad por parte del cristianismo, ni tampoco renuncia a su vocación misionera.

--¿Ha cambiado esta perspectiva, desde que es Papa?

--Rodríguez Duplá: La posición del Papa no ha variado en los últimos años. Su reciente libro «Jesús de Nazaret» es, entre otras muchas cosas, una continuación de su diálogo constante con el mundo judío, de manera muy especial en las páginas en las que discute la interpretación del sermón de la montaña propuesta por el rabino Jacob Neusner.

Ese interés por el entendimiento entre judíos y cristianos tiene una de sus raíces en la unidad profunda del Antiguo y el Nuevo Testamento, que es sin duda otra de las claves del libro.

Por otra parte, en su discurso de Ratisbona el Papa volvió a insistir en la ilegitimidad del adoctrinamiento violento, defendiendo en cambio la persuasión por el «logos» como único camino adecuado para el proselitismo.

--En el libro Ratzinger está convencido de que el contacto con las tradiciones religiosas, especialmente asiáticas, pueden ayudar al cristianismo a reavivar su dimensión mística. ¿Por qué?

--Rodríguez Duplá: En este libro Ratzinger trabaja con la distinción entre religiones teístas, orientadas a la trascendencia, y religiones místicas, vertidas a la interioridad del sujeto. A este segundo tipo pertenecen las grandes religiones asiáticas.

Estas religiones no reconocen a lo divino carácter personal, ni conciben el mundo como creación; aquí la experiencia de fe fundamental es de naturaleza mística, y se alcanza mediante el recogimiento interior que lleva al sujeto a sumirse en la profundidad muda del ser.

Esta vía de la interioridad desemboca en una teología estrictamente apofática [negativa, ndr.], que renuncia a toda definición dogmática y a toda estructura institucional. Las diferencias con el cristianismo son, desde luego, muy patentes.

Sin embargo, Ratzinger defiende que el contacto con estas tradiciones aparentemente tan distantes puede ser enriquecedor para el cristianismo en la medida en que estimule la conciencia de su propia dimensión mística y apofática.

Es de la mayor importancia que no olvidemos que cuanto podamos afirmar de Dios no es sino un pálido reflejo de una realidad que desborda con mucho nuestro pensamiento.

--La figura de Cristo no es un obstáculo insalvable para el diálogo entre Israel y la Iglesia. ¿Cómo lo argumenta, el cardenal Ratzinger en sus escritos?

--Rodríguez Duplá: Es un hecho histórico indiscutible que Cristo ha sido para los cristianos de todas las épocas y latitudes la vía de acceso al universo religioso judío.

Merced a Él, la Biblia de Israel ha llegado a todos los pueblos y el Dios de Israel ha llegado a ser venerado como único Dios verdadero en todos los rincones de la Tierra.

Este hecho sugiere ya por sí solo que las relaciones entre ambas religiones no pueden ser de hostilidad o indiferencia.

Por otra parte, Ratzinger explora en las páginas de este libro con gran finura teológica el sentido de expresiones tales como Nueva Alianza o Ley nueva, mostrando que, cuando son rectamente entendidas, no suponen la derogación de lo precedente, sino más bien su cumplimiento y consumación.

miércoles, 31 de octubre de 2007

La sangre de los mártires

La próxima beatificación de 498 mártires de la Guerra Civil ha levantado ronchas entre los gerifaltes y sicarios del Régimen, que ven en ella un desafío a la llamada Ley de Memoria Histórica. Y vaya si lo es. Se trata, sin duda, del más formidable desafío que se pueda concebir. La beatificación de los mártires nos recuerda, en primer lugar, que la Guerra Civil no fue esa historieta de buenos y malos que el Régimen pretende imponer, donde unos ponían la sangre y otros el plomo. La beatificación de los mártires nos recuerda que la Segunda República, erigida por el Régimen en espejo de virtudes en el que nuestra democracia debe contemplarse, estimuló y exacerbó el odio antirreligioso desde el instante mismo de su fundación y permitió que, tras el alzamiento militar, la cacería indiscriminada del católico se convirtiese en el pasatiempo predilecto de las milicias socialistas, comunistas y anarquistas, a las que los irresponsables gobernantes republicanos proveyeron de armas para que pudiesen traducir en cadáveres el odio que previamente les habían inoculado. Más de siete mil religiosos fueron martirizados en aquellas jornadas de oprobio; el número de seglares que corrieron idéntica suerte aún no ha sido fijado, pero su establecimiento –si es que algún día se logra– dejará chiquitas esas cifras. El Régimen no soporta que tales muertos sean conmemorados, porque deslucen la memoria distorsionada y sectaria de aquel conflicto.

Sólo por ser católicos

Pero la naturaleza del desafío que supone la beatificación de los mártires es de una naturaleza mucho más honda. La llamada Ley de Memoria Histórica se funda sobre una argamasa de rencor y apriorismos ideológicos falaces. Primero se establece que quienes combatieron en el bando republicano fueron unos luchadores por la democracia y la libertad (cuando lo cierto es que muchos de ellos combatieron por instaurar las más feroces formas de tiranía imaginadas por el hombre); después se trata de mantener viva su memoria para que sirva como acicate del resentimiento, para que ese resentimiento siga infectando la convivencia de los españoles. La sangre de los mártires se alza contra este propósito cainita. Pues quienes ahora van a ser beatificados no fueron asesinados por simpatizar con tal o cual ideología; tampoco lo fueron por batallar en tal o cual bando. Fueron asesinados, única y exclusivamente, por profesar la fe católica, por ser testigos de Cristo. La Iglesia no beatifica a curas trabucaires que se echasen al monte a pegar tiros; tampoco a católicos que fuesen condenados a muerte por haber conspirado contra la República. El reconocimiento de la muerte martirial exige como condición sine qua non que no interfieran motivos de índole política; mártir significa "testigo", y sólo quienes fueron asesinados por dar testimonio de su fe merecen tal reconocimiento.

El sentido de esas muertes

Y aquí radica, precisamente, la naturaleza desafiante de aquellas muertes. Los mártires que van a ser beatificados podrían haber salvado el pellejo abjurando de su fe; pero su entereza no tembló en aquel trance: entendieron que la fe que profesaban bien merecía el sacrificio del don más valioso que al hombre le es entregado. Y entendieron también que ese sacrificio máximo sólo sería valioso si imitaba el sacrificio redentor del Gólgota. Aquellos hombres y mujeres murieron perdonando a quienes los mataban, murieron amando a quienes los mataban, seguros de que su sangre se convertiría en fermento fecundo. Aquí radica la belleza de su sacrificio, la escandalosa y subversiva belleza de su muerte: murieron con la alegría de saberse amados por Quien iba a acogerlos en su seno, murieron amando a quienes los odiaban, seguros de que ese amor derramado sobre la tierra no sería baldío, seguros de que su sangre acabaría propiciando una cosecha fecunda de reconciliación. Conmemorar a aquellos mártires significa reafirmar su voluntad de amor, significa exorcizar el odio, significa celebrar la belleza de la vida que vuelve a florecer generosamente incluso allí donde ayer se sembró la muerte. Y significa, desde luego, un desafío formidable.

Juan Manuel de Prada
ABC 8-X-07

lunes, 29 de octubre de 2007

Testimonio de un martirio

Bartolomé Blanco Márquez es uno de los más jóvenes miembros del grupo de 498 mártires que el Papa Benedicto XVI beatificará este domingo en el Vaticano. Católico comprometido, este laico de casi 22 años de edad escribió a pocas horas de morir una conmovedora carta a su novia Maruja, que se cuenta como testimonio de su heroico martirio.

"Tu recuerdo me acompañará a la tumba y mientras haya un latido en mi corazón, éste palpitará en cariño hacia ti. Dios ha querido sublimar estos afectos terrenales, ennobleciéndolos cuando los amamos en Él. Por eso, aunque en mis últimos días Dios es mi lumbrera y mi anhelo, no impide que el recuerdo de la persona más querida me acompañe hasta la hora de la muerte", comienza la carta.

Su historia

Bartolomé nació en Pozoblanco el 25 de noviembre de 1914. Huérfano desde niño, fue criado por unos tíos y trabajaba de sillero. Fue asiduo alumno del colegio salesiano de Pozoblanco y ayudó como catequista. A los 18 años de edad fue elegido secretario de la Juventud Masculina de Acción Católica en Pozoblanco.

En esta ciudad fue encarcelado el 18 de agosto de 1936, cuando estaba de permiso durante el servicio militar que prestaba en Cádiz. El 24 de septiembre fue trasladado a la cárcel de Jaén, donde coincidió con quince sacerdotes y otros laicos fervorosos. Ahí fue juzgado, condenado a muerte y fusilado el 2 de octubre de 1936.

Durante el juicio sumario, Bartolomé dejó constancia de su fe y profesó con entereza inquebrantable sus convicciones religiosas. Bartolomé no pidió que le cambiaran la pena capital impuesta y ante el tribunal comentó sin inmutarse que si seguía vivo seguiría siendo un católico militante.

Las cartas que escribió en la víspera de su muerte a sus familiares y su novia Maruja constituyen una prueba fehaciente de su fe.

"Sea esta mi última voluntad: perdón, perdón y perdón; pero indulgencia, que quiero vaya acompañada de hacerles todo el bien posible. Así pues, os pido que me venguéis con la venganza del cristiano: devolviéndoles mucho bien a quienes han intentado hacerme mal", escribió a sus tías y primos.

El día de su ejecución dejó la celda con los pies descalzos, para parecerse más a Cristo. Besó sus esposas, sorprendiendo al guardia que se las puso. No aceptó ser fusilado de espaldas. "Quien muere por Cristo, debe hacerlo de frente y con el pecho descubierto. ¡Viva Cristo Rey exclamó y cayó acribillado junto a una encina.

Este domingo Bartolomé Blanco será beatificado en Roma, dentro del grupo de los 63 mártires de la Familia Salesiana.

La carta a Maruja

Este es el texto completo de la conmovedora carta que Bartolomé escribió a su novia.

Prisión Provincial. Jaén, 1 de octubre de 1936.

Maruja del alma:

Tu recuerdo me acompañará a la tumba y mientras haya un latido en mi corazón, éste palpitará en cariño hacia ti. Dios ha querido sublimar estos afectos terrenales, ennobleciéndolos cuando los amamos en Él. Por eso, aunque en mis últimos días Dios es mi lumbrera y mi anhelo, no impide que el recuerdo de la persona más querida me acompañe hasta la hora de la muerte.

Estoy asistido por muchos sacerdotes que, cual bálsamo benéfico, van derramando los tesoros de la Gracia dentro de mi alma, fortificándola; miro la muerte de cara y en verdad te digo que ni me asusta ni la temo.

Mi sentencia en el tribunal de los hombres será mi mayor defensa ante el Tribunal de Dios; ellos, al querer denigrarme, me han ennoblecido; al querer sentenciarme, me han absuelto, y al intentar perderme, me han salvado. ¿Me entiendes? ¡Claro está! Puesto que al matarme me dan la verdadera vida y al condenarme por defender siempre los altos ideales de Religión, Patria y Familia, me abren de par en par las puertas de los cielos.

Mis restos serán inhumados en un nicho de este cementerio de Jaén; cuando me quedan pocas horas para el definitivo reposo, sólo quiero pedirte una cosa: que en recuerdo del amor que nos tuvimos, y que en este instante se acrecienta, atiendas como objetivo principal a la salvación de tu alma, porque de esa manera conseguiremos reunirnos en el cielo para toda la eternidad, donde nada nos separará.

¡Hasta entonces, pues, Maruja de mi alma! No olvides que desde el cielo te miro, y procura ser modelo de mujeres cristianas, pues al final de la partida, de nada sirven los bienes y goces terrenales, si no acertamos a salvar el alma.

Un pensamiento de reconocimiento para toda tu familia, y para ti todo mi amor sublimado en las horas de la muerte. No me olvides, Maruja mía, y que mi recuerdo te sirva siempre para tener presente que existe otra vida mejor, y que el conseguirla debe ser la máxima aspiración.

Sé fuerte y rehace tu vida, eres joven y buena, y tendrás la ayuda de Dios que yo imploraré desde su Reino. Hasta la eternidad, pues, donde continuaremos amándonos por los siglos de los siglos.

Bartolomé.

domingo, 28 de octubre de 2007

Aires de renovación

Hace ya varios siglos, se viene repitiendo que «hay que adaptar la doctrina católica a nuestro siglo». ¿Será esta nuestra tarea? Creo que nuestro deber es a la inversa, que debe ser adaptarnos a la verdad de Dios. La verdad del Señor permanece para siempre. Los santos, que fueron al mismo tiempo unos gigantes del pensamiento, fueron fuentes vivas entre lo antiguo y lo nuevo. Son el tronco estable del árbol que se renueva, dando hojas y frutos nuevos. Toda reforma auténtica comienza ahondando en las raíces, no matándolas.

Como las raíces están bajo tierra, la verdadera reforma comienza en el silencio, respetando lo que hay, para provocar los nuevos gérmenes que darán nuevos frutos. Sin estabilidad orgánica, sin continuidad, no hay vida. La sangre nueva solo sirve cuando se une a la sangre vieja. Es siempre una vida renovada, un renacer.

Dios creó una sola vez la vida. A nosotros nos toca continuarla. La fidelidad a la tradición es la ley primera de la auténtica cultura del espíritu. Y... ¿qué es la tradición? Es lo estable, que nos ha entregado Dios, que lo han tomado los espíritus nobles para asimilarlo y que luego han transmitido a los demás. Ocurre lo mismo en la vida física que con la intelectual y la espiritual. Abrir una zanja, entre lo antiguo y lo nuevo, sin puentes, es romper el ritmo de la vida. Solo hace cultura y progreso quien une al fin con el medio y el medio con el principio, el fruto con la raíz. Muchos parecen haber olvidado estos principios elementales.

Nuestros principios cristianos son la creación, la revelación, la encarnación, la redención, la institución de la Iglesia y el Cuerpo Místico. El comienzo de Europa y el descubrimiento de América... ¿qué pensamiento tuvieron los que dieron principio a estas grandes cosas que llenan la historia? ¿Cuál es el sentido de estos hechos? ¿Podemos reformar si no los conocemos? ¿Y si no conocemos la forma original de estas instituciones?

Todo cambio auténtico debe partir de la visión del todo. El todo humano implica la historia, lo de hoy supone lo de ayer. La originalidad, dice Goethe, está integrada de pequeños elementos que hemos heredado o recibido de otros. Solo Dios es absolutamente original, porque sólo El crea. Los santos poseían esta cualidad,que es el equilibrio entre lo tradicional y lo nuevo. Por eso, fueron y serán en su tiempo los únicos renovadores.

Monseñor Antonio González. Sacerdote
conoZe.com
23.X.2007

martes, 23 de octubre de 2007

¿Cómo lo ve Dios?

Dios está de moda, aunque sea disparatadamente, como, por ejemplo, en las relativamente recientes declaraciones de Moratinos o en la exposición del Centro de la Villa de Madrid. Está de moda siempre, aunque sea para escupir en su rostro de Verbo encarnado o para negarlo sistemáticamente. También para buscarlo seriamente. Muy importante ha de ser el asunto si incluso los no partidarios le dedican tanta tinta o celuloide. A unos les estorba, a otros les compromete, algunos, quizá con buena voluntad —que ya es conceder—, piensan en la religión como causa de todas las catástrofes y la emprenden con ella en una auténtica guerra que desdice del aparente noble empeño de paz. Cierto que han existido guerras de religión, pero muy pocas en comparación con las restantes. También se olvidan las múltiples intervenciones de la Iglesia católica —y de otras— a favor de la paz amenazada. Por cierto, a nuestra guerra civil no se la llamó guerra de religión, pero se la persiguió implacablemente, tal vez como nunca en la historia: fueron mártires doce obispos y más de seis mil sacerdotes y religiosos en el espacio de unos meses, además de muchos seglares católicos. ¿Eran unos fanáticos al estilo de los que comenta el ministro de Exteriores?

Hago esta introducción para afirmar que Dios esta ahí; y que la existencia del Creador compromete a la criatura, para ser feliz, pero siendo honesta con su propia naturaleza. No es infrecuente oír frases de este estilo: es normal que se acueste con su novio porque se quieren; si un embrión humano puede curar, que se investigue con él aunque muera en el empeño (hay que decir que han muerto muchísimos y no han curado nada); yo pienso que no hay infierno; a mí me da igual ir a misa en domingo que otro día cualquiera; mi hermana vive con su novio y yo lo veo bien. Y muchas más. Sé que esto escuece y, cuando se intenta explicar, la respuesta es que la Iglesia está anclada en el pasado.

La Iglesia está anclada en el ser de las cosas, la Iglesia es Cristo en el tiempo (cardenal Ratzinger). Por eso, si desbaratamos la Iglesia, hacemos otro tanto con Cristo y, en consecuencia, con Dios, puesto que Cristo es Dios encarnado. Pero se pierde también la realidad, que es falseada. Unos lo intentan intelectualmente y otros con la facilonería en el vivir, que está dirigida, aunque se ignore, por esa manera de pensar. En definitiva, Dios compromete porque, si existe, las cosas son como Él las ve y no como las miran unos ojos más o menos turbios —quizá inculpablemente—, más o menos miopes —no les han dado los medios para ver—, más o menos interesados, y hasta tal vez desinteresados, sin olvidar que existe la conciencia invenciblemente errónea.

La fe es un don de Dios, que nos lleva a fiarnos de Él, no porque comprendamos totalmente lo que revela sobre Sí mismo y sobre el hombre. Creemos, por la autoridad divina, que no puede engañarse ni engañarnos. Sé también que hay gente a la que esta afirmación le parece propia de inmaduros o infantiloides, porque ven más lleno de madurez al que actúa con juicio propio. Y, en cierto sentido, es verdad, pero con un orden, porque no formamos un buen juicio sobre asunto alguno si no lo estudiamos en el nivel y forma adecuada, si no acudimos a expertos, etc. Lo verdaderamente inmaduro sería no hacer esto. Nadie, por ejemplo, se dispone a juzgar un programa informático si desconoce esta materia. Pues Dios es infinitamente más sabio que la informática y, como decía san Josemaría, un hombre sin Dios es un sin sentido.

Esta última frase no esta pronunciada para ofender: es la advertencia, llena de cariño, de que perdemos el norte cuando nos alejamos de Él y mucho más si soltamos totalmente las amarras. Sin el Creador, la criatura se diluye, afirmó hace años el entonces cardenal Wojtyla. Quizá somos tan autónomos de Dios porque olvidamos o ignoramos que las gentes y las cosas son como las ve Él, de modo que es más fácil, natural y razonable conocer el mundo con los ojos de Dios. Esos ojos están, en primer lugar, en la luz natural de la razón humana, que el hombre posee por haber sido creado a imagen de Dios. Naturalmente, esa razón se oscurece y perturba cuando los actos del hombre se alejan progresivamente del querer de su Hacedor. Pero Dios es amor y está dispuesto a que veamos con sus ojos bien revelando lo alcanzable por la razón, bien sanando esta, al deponer nuestra soberbia. Decía san Ireneo que «el Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del hombre para acostumbrar al hombre a comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según la voluntad del Padre». De no ser así, la soberbia humana nos llevará a un mundo en el que lo normal es raro y lo raro se ve normal.

Pablo Cabellos Llorente
Las Provincias
13.X.2007

lunes, 22 de octubre de 2007

Personalidades musulmanas buscan el diálogo con las Iglesias cristianas

Envían una carta en la que sugieren un terreno común de entendimiento y diálogo

Hace un año, Benedicto XVI fue el destinatario de una carta abierta de 38 personalidades musulmanas en la que respondían al diálogo iniciado por la lección magistral que el Papa ofreció en la universidad de Ratisbona (12-09-2006). Fue la primera vez que figuras del mundo islámico tan dispares hablaban al unísono.

El aniversario de aquella carta –12 de octubre– ha marcado otro hito en el diálogo interreligioso. Hasta 138 personalidades han firmado una nueva carta, Una palabra común entre nosotros y vosotros, dirigida en esta ocasión a todos los líderes de las Iglesias cristianas.

Los autores del texto recuerdan que musulmanes y cristianos constituyen más de la mitad de la población mundial. “Sin paz y justicia entre ambas comunidades religiosas no puede haber paz significativa en el mundo”. Esta paz y comprensión mutuas se basan en “los principios que constituyen los fundamentos verdaderos de ambas religiones: el amor al Dios Único y el amor al prójimo”.

Los dos mandamientos del amor

En una larga exposición los autores incluyen citas del Corán, del Nuevo Testamento y de la Torá para concluir que de ahí se deriva una palabra común. “Aunque el Islam y el Cristianismo son, de manera evidente, religiones diferentes –y algunas de sus diferencias formales no pueden ser minimizadas–, es claro que los dos principales mandamientos representan un terreno común, así como un lazo entre el Corán, la Torá y el Nuevo Testamento”.

Los firmantes mantienen que “las mismas verdades eternas que son la Unidad de Dios, la necesidad de amarle y de adorarle totalmente (excluyendo, pues, toda falsa divinidad), y la necesidad de amar a los seres humanos (y por lo tanto la justicia), están en la base de toda religión verdadera”.

Más adelante aseguran que “en cuanto musulmanes, decimos a los cristianos que no estamos contra ellos y que el Islam no está contra ellos, mientras no declaren la guerra a los musulmanes a causa de su religión, que no los opriman y que no les expulsen de sus tierras”.

Para argumentar que los cristianos tampoco están contra los musulmanes citan los Evangelios: “El que no está contra nosotros, está con nosotros” (Marcos 9,40 y Lucas 9,50), lo que a su juicio se refiere a las gentes que reconocen a Jesús, pero no son cristianos. Recuerdan que “los musulmanes reconocen a Jesucristo como el Mesías, aunque no como los cristianos”, sino como “el Mesías Jesús, hijo de María, un enviado de Dios, su Verbo depositado en el seno de María, un Espíritu que emana de Él”.

Los firmantes concluyen: “No hagamos de nuestras diferencias un motivo de odio y de querellas entre nosotros. Rivalicemos los unos con los otros en la piedad y las buenas obras”.

Los autores musulmanes piensan que Dios “ha trazado a cada comunidad un itinerario y una regla de conducta que le es propia. Y si Dios lo hubiera querido, habría hecho de todas una sola comunidad; pero ha querido probarnos para ver el uso que cada comunidad haría de lo que Él le ha concedido”. Se trata, pues, de rivalizar en esfuerzos para realizar buenas obras.

Un tono nuevo

El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, señaló en Radio Vaticano que “se trata de un texto muy interesante porque procede tanto de musulmanes sunitas como chiitas. Es un documento no polémico, con numerosas citas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento”. Calificó la misiva como “una señal muy alentadora, ya que demuestra que la buena voluntad y el diálogo son capaces de vencer los prejuicios”.

Entre quienes se han adherido al documento de 29 páginas hay profesores universitarios y estudiosos, ayatolás, imanes, grandes muftís y jeques, y forman parte de las principales tendencias del islamismo. La iniciativa ha sido auspiciada por el Real Instituto al-Bayt para el Pensamiento Islámico, patrocinado por el rey Abdullah II de Jordania.

Precisamente el pasado 5 de octubre, Benedicto XVI pronunciaba un discurso dirigido a los participantes en la sesión plenaria de la Comisión Teológica Internacional, mediante el cual proponía la ley natural como “base para entablar el diálogo con todos los hombres de buena voluntad”. Ley, que como el Papa recordó con palabras del Catecismo, “está expuesta, en sus principales preceptos, en el Decálogo”.

Benedicto XVI alertó de “un trágico oscurecimiento de la conciencia colectiva”, fruto del escepticismo y el relativismo ético, “que es crisis de la civilización humana, antes incluso que cristiana”. Frente a esta tendencia, es necesario crear “las condiciones necesarias para una plena conciencia del valor inalienable de la ley moral natural”. “Del respeto de esta ley depende, de hecho, que las personas y la sociedad avancen por el camino del auténtico progreso, en conformidad con la recta razón, que es participación en la Razón eterna de Dios”, dijo el Papa.

De nuevo, “el ancho campo de la razón” como lugar de encuentro, tal y como señaló el 12 de septiembre de 2006 en Ratisbona.

Firmado por Aceprensa Fecha: 17 Octubre
2007

domingo, 14 de octubre de 2007

El heroísmo de ser cristiano en Corea del Norte

La cruel persecución que los creyentes sufren no impide que aumente el número de conversos

Corea del Norte “ha hecho todo lo posible para aplastar la fe; incluso la vecina China permite con diferencia más libertad religiosa”, se lee en un artículo de Newsweek (1-10-07) sobre la persecución que los cristianos afrontan en el país comunista. El reportaje narra la historia de Son Jong Nam, un funcionario comunista que, desencantado con la falta de perspectivas en el país, emigró a través de China hacia Corea del Sur, donde se convirtió al cristianismo. Desde allí regresó a su lugar de origen con la intención de predicar el evangelio. En la actualidad, aguarda en la cárcel que llegue el día de su ejecución o que la presión internacional logre salvarle la vida.

“Teóricamente, Corea del Norte permite libertad religiosa; incluso mantiene las catedrales de Potemkin, donde se supone que los fieles son bienvenidos y cada domingo se celebran malas copias de servicios religiosos, realizados por cuadros leales al partido comunista. En realidad, sin embargo, el gobierno de Kim Jong Il tiene una historia de persecución de creyentes con las más salvajes de las maneras, incluyendo ejecuciones públicas. La religión, dicen los activistas, es vista como una amenaza particular por Kim, quien, como su padre, Kim Il Sung, ocupa el centro de un estrafalario culto a la personalidad con numerosos matices religiosos”, dice el artículo. Y, citando a un miembro de una ONG cristiana americana, dice que ser cristiano “es visto casi como una traición contra todo el sistema político... construido para divinizar al líder”.

Las estimaciones de cristianos en el país van desde unas pocas decenas de miles a los cien mil, la mayoría de los cuales es protestante. “Muchos de los cristianos encuentran la religión del mismo modo que Son Jong Nam. Viajeros que cruzan la frontera y contactan con grupos misioneros protestantes de Corea del Sur, que juegan un papel destacado en ayudar a los del Norte a escapar de China -donde, si son capturados, serán enviados de vuelta a su país”. Un profesor de religión en la Hanshin University dice que el gobierno norcoreano ha tenido bastante éxito a la hora de hacer fracasar iglesias organizadas, pero “la gente está volviendo a la religión crecientemente a medida que su sufrimiento aumenta”.

“Como las catacumbas de Roma, las iglesias de Corea del Norte tienen que ser clandestinas para sobrevivir”, dice un pastor del Sur que catequiza a norcoreanos en territorio chino, junto a la frontera con el Norte. “El cristianismo pasó de padres a hijos y a nietos, creando iglesias familiares”, añade.

El artículo señala que muchos fieles abandonan el país. Y quienes quedan atrás, tienen que ser cautelosos, envolviendo sus Biblias y enterrándolas en el patio trasero cuando no las necesitan. “Predicadores asentados en China a veces llevan a cabo servicios a través de llamadas ilegales por teléfono móvil. En cinco o diez minutos, el pastor lee la Biblia y reza por enfermos y necesitados. Los fieles tienen que acortar estos servicios porque las autoridades norcoreanas persiguen los teléfonos usando rastreadores GPS. Quienes son cogidos en el culto o haciendo contrabando con biblias pueden ser enviados a campos de concentración... o simplemente ejecutados en plazas urbanas delante de una audiencia reclutada a la fuerza”.

“Dado ese nivel de represión -concluye el reportaje-, es difícil de imaginar que la religión organizada pudiese, a pesar de la paranoia de Kim, llegar a convertirse en una amenaza real para su dirección en algún momento próximo”. Recuerda, sin embargo, el papel de la iglesia católica en la lucha contra el comunismo en Polonia, o que “en 1986, fue un cardenal católico en Manila quien lideró a los manifestantes en el levantamiento” contra el régimen autoritario de Ferdinand Marcos. “El cristianismo cuenta con un poderoso historial anti-autoritario en Corea, donde la religión jugó un papel en la lucha clandestina contra el colonialismo japonés. Y el creciente atractivo del cristianismo señala que cada vez más norcoreanos podrían estar buscando alternativas al culto comunista a la personalidad”, dice.

Firmado por Newsweek Fecha: 10 Octubre
2007
Aceprensa.com

miércoles, 3 de octubre de 2007

La santidad

Aunque parezca paradójico, para muchas personas es mucho más fácil conducirse abnegadamente en tiempo de crisis que cuando la vida sigue su curso normal en imperturbada tranquilidad. Cuando todo marcha fácilmente no hay nada que nos haga olvidar nuestro precioso yo, nada (excepto nuestra voluntad de mortificación y el conocimiento de Dios) que distraiga nuestra mente de las distracciones con que quisimos identificarnos; tenemos perfecta libertad de revolearnos en nuestra personalidad a nuestro gusto. Y ¡cómo nos revolcamos! Por esta razón todos los maestros de la vida espiritual insisten tanto en la importancia de las pequeñas cosas.

Dios requiere el fiel cumplimiento de la menor bagatela que se nos dé por hacer, mejor que la más ardiente aspiración a cosas a que no somos llamados.
San Francisco de Sales

"No hay nadie en el mundo que no pueda llegar sin dificultad a la perfección más eminente cumpliendo con amor deberes oscuros y comunes".
J. P. de Caussade

"Hay gente que mide el valor de las buenas acciones solamente por sus cualidades naturales o su dificultad, dando la preferencia a lo que es conspicuo o brillante. Esas personas olvidan que las virtudes cristianas, que son inspiraciones de Dios, deben mirarse desde el lado de la gracia, no del de la naturaleza. La dignidad y dificultad de una buena acción ciertamente afecta lo que técnicamente se llama su valor accidental, pero todo su valor esencial viene del amor solo".
Jean Pierre Camus citando a San Francisco de Sales

El santo es aquel que sabe que cada momento de nuestra vida humana es un momento de crisis; pues en cada momento se nos llama a tomar una importantísima decisión —escoger entre el camino que lleva a la muerte y la tiniebla espiritual y el camino que lleva a la luz y la vida; entre nuestra voluntad personal, o la voluntad de alguna proyección de nuestra personalidad, y la voluntad de Dios. Para prepararse a resolver las dificultades de su modo de vida, el santo emprende una educación apropiada de su mente y cuerpo, así como lo hace el soldado. Pero mientras que los objetivos de la instrucción militar son limitados y muy simples, a saber, hacer a los hombres valientes, serenos y cooperativamente eficientes en el arte de matar a otros hombres, con los cuales, personalmente, no tienen cuestión alguna, los objetivos de la educación espiritual están mucho menos angostamente especializados. Aquí el fin es principalmente llevar a los seres humanos a un estado en el que, por no haber ya ninguno de los obstáculos que eclipsan a Dios entre ellos y la Realidad, pueden advertir continuamente la divina Base de su ser (1) y de todos los demás seres; secundariamente, como medio para este fin, tratar todas las circunstancias, aun las más triviales, de la vida cotidiana, sin malicia, codicia, deseo de imponerse o ignorancia voluntaria: antes bien, consecuentemente, con amor y comprensión. Como que sus objetivos no son limitados; como que, para el que ama a Dios, cada momento es un momento de crisis, la educación espiritual es incomparablemente más difícil y penetrante que la instrucción militar. Hay muchos buenos soldados; pocos santos.

Hemos visto que, en una crisis, los soldados especialmente adiestrados para arrostrar esta clase de cosas tienden a olvidar la idiosincrasia innata y adquirida con que normalmente identifican su ser y a conducirse, trascendiendo su yo, del mismo modo unitendente, mejor que personal (2). Lo que ocurre con los soldados ocurre también con los santos, pero con una importante diferencia, la de que el fin de la educación espiritual es hacer a los hombres abnegados en toda circunstancia de la vida, mientras que el fin de la instrucción militar es hacerlos abnegados sólo en ciertas circunstancias muy especiales y con respecto a sólo ciertas clases de seres humanos. No podría ser de otro modo; pues todo lo que somos, y queremos, y hacemos depende, en último término, de lo que creemos que es la Naturaleza de las Cosas. La filosofía que racionaliza la política de fuerza y justifica la guerra y la instrucción militar es siempre (cualquiera que sea la religión oficial de los políticos y hacedores de guerras) alguna locamente irrealista doctrina de idolatría nacional, racial o ideológica, que tiene, por inevitables corolarios, las nociones del Herrenvolk (3) y "las castas inferiores fuera de la ley".

Las biografías de los santos atestiguan inequívocamente el hecho de que la educación espiritual conduce a una trascendencia de la personalidad, no meramente en las circunstancias especiales de una batalla, sino en todas las circunstancias y con respecto a todas las criaturas, de modo que el santo "ama a sus enemigos" o, si es budista, ni siquiera reconoce la existencia de enemigos, y trata a todos los seres sensibles, los subhumanos (4) como los humanos, con la misma compasión y desinteresada buena voluntad.

Los que penetran hasta el conocimiento unitivo de Dios emprenden la marcha desde los más diversos puntos de partida. Uno es hombre, otro mujer; uno, un nato hombre de acción; otro, un contemplativo nato. No hay dos de ellos que hereden el mismo temperamento y constitución física, y sus vidas se pasan en medios materiales, morales e intelectuales que son profundamente distintos.

Sin embargo, en cuanto son santos, en cuanto poseen el conocimiento unitivo que los hace "perfectos como su Padre que está en el cielo es perfecto", todos son asombrosamente iguales. Sus actos son uniformemente abnegados y ellos están constantemente recogidos, de modo que en todo momento saben quiénes son y cuál es su verdadera relación con el universo y su Base espiritual. Aun de la ordinaria gente media puede decirse que su nombre es Legión (5) —mucho más de las Personalidades excepcionalmente complejas, que se identifican con una amplia diversidad de humores, anhelos y opiniones. Los santos, por el contrario, no son indecisos ni indiferentes, sino puros y, por grandes que sean sus dotes intelectuales, profundamente simples. La multiplicidad de Legión ha cedido el sitio a la unitendencia; no a una de esas malignas unitendencias de la ambición o la codicia, o la sed de poder y fama, ni tan sólo a una de las unitendencias, más nobles pero todavía demasiado humanas, del arte, la erudición y la ciencia, consideradas como fin en sí mismas, sino a la unitendencia suprema, más que humana, que constituye el ser mismo de esas almas que, consciente y consecuentemente, persiguen la última finalidad del hombre, el conocimiento de la eterna Realidad. En una de las Escrituras palis hay una significativa anécdota acerca del brahmán Drona que, "viendo al Bienaventurado sentado al pie de un árbol, le preguntó: "¿Eres un deva?" (*) Y el Excelso contestó: 'No lo soy.' '¿Eres un gandharva?' 'No lo soy.' '¿Eres un yaksha?' 'No lo soy.' '¿Eres un hombre?' 'No soy un hombre.'" Al preguntarle el brahmán qué podría ser, el Bienaventurado respondió: "Esas influencias malignas, esos anhelos, cuya no destrucción me habría individualizado como deva, gandharva, yaksha (* tres tipos de ser sobrenatural), o como hombre, las he completamente aniquilado. Sabe, pues, que soy Buda."
Podemos observar aquí de pasada que sólo los unitendentes son verdaderamente capaces de adorar a un solo Dios.

El monoteísmo como teoría puede ser abrigado aun por una persona cuyo nombre es Legión. Pero cuando hay que pasar de la teoría a la práctica, del conocimiento discursivo acerca del Dios uno al inmediato trato con Él, no puede haber monoteísmo sin pureza de corazón.

El conocimiento está en el conociente según el modo del conociente. Cuando éste es polipsíquico (6), el universo que conoce por experiencia inmediata es politeísta.

Aldous Huxley

Notas de Alex._

1: La Realidad unica la llamamos Dios, es la base constitutiva de todo lo Real y por supuesto de lo Real y Verdadero, existente en el Hombre.

2: El autor prefiere utilizar unitendente, es decir tendente hacia El Uno, en lugar de personal, para evitar el malentendido de la vulgarización del concepto personalidad que erróneamente se hace equivalente a cosas tan dispares como: individuo, subjetivo, comportamientos sociales adquiridos, conjunto de instancias psicologicas, yo separado.
Las reticencias para usar el término personal en su equivalencia de unitendente Huxley las describe así….
“Al contrario, su significación principal nos llega envuelta, por así decirlo, en disonancias, como el son de una campana rota.Pues, según han repetido constantemente los expositores de la Filosofía Perenne, la obsesiva conciencia que el hombre tiene de sí mismo y su insistencia en ser un yo separado constituyen el último y más formidable obstáculo para el conocimiento unitivo de Dios. Ser un yo es, para ellos, el pecado original, y morir para el yo, en sentimiento, voluntad e intelecto, es la virtud final y que todo lo abarca. Es el recuerdo de estas afirmaciones lo que evoca las desfavorables resonancias con que se asocia la palabra "selfness". Las excesivamente favorables resonancias de "personality" son evocadas en parte por su intrínsecamente grave latinidad, pero también por reminiscencias de lo que se ha dicho sobre las "personas" de la Trinidad. Pero las personas de la Trinidad no tienen nada en común con las personas de carne y hueso de nuestro trato cotidiano —nada, es decir, excepto ese Espíritu íntimo, con el que deberíamos identificarnos, pero que la mayor parte de nosotros prefiere desconocer en favor de nuestro yo separado. Que a este antiespiritual egoísmo, eclipsador de Dios, se le haya dado el mismo nombre que se aplica al Dios que es un Espíritu es, por no decir más, infortunado”.

En realidad Persona (prosopon) tal como es formulado en la teología cristiana ya contiene fundamentalmente, ese matiz de unitendente. Ver Trinidad.

3: Herrenvolk, Pueblo o Raza de los Señores.

4: Subhumanos, los animales y plantas. Ver en san Francisco de Asís esa misma actitud de respeto fraternal hacia los subhumanos.

5: Legión, cf. Mc 5,1-20, en esta parábola describe como legión/multitud, el polipsiquismo.

6: Polipsiquismo, es decir la existencia del alma fragmentada o dividida en múltiples instancias tan solo unidas por una vaga referencia a la que llamamos yo. Y que constituye en grados diversos, la forma de la conciencia en la existencia humana común, y que sin extenderme tiene origen en lo que en la Biblia se llama “la caída” de la cual una de sus consecuencias, es la común distorsión, de la percepción y la conciencia, fenómeno tambien descrito por Platón en el “mito de la caverna” de su texto la Politheía, mal traducido como la republica.

martes, 2 de octubre de 2007

De la "Carta a Diogneto"

(Apología de autor desconocido, II-III siglo).

Son hombres como los demás.

"Los cristianos no se diferencian ni por el país donde habitan, ni por la lengua que hablan, ni por el modo de vestir. No se aíslan en sus ciudades, ni emplean lenguajes particulares: la misma vida que llevan no tiene nada de extraño.

Su doctrina no nace de disquisiciones de intelectuales ni tampoco siguen, como hacen tantos, un sistema filosófico, fruto del pensamiento humano. Viven en ciudades griegas o extranjeras, según los casos, y se adaptan a las tradiciones locales lo mismo en el vestir que en el comer, y dan testimonio en las cosas de cada día de una forma de vivir que, según el parecer de todos, tiene algo de extraordinario".

Habitan en la tierra, pero son ciudadanos del cielo.

"Habitan en la propia patria como extranjeros. Cumplen con lealtad sus deberes ciudadanos, pero son tratados como forasteros. Cualquier tierra extranjera es para ellos su patria y toda patria es tierra extranjera.Se casan como todos, tienen hijos, pero no abandonan a sus recién nacidos. Tienen en común la mesa, pero no la cama. Están en la carne, pero no viven según la carne. Habitan en la tierra, pero son ciudadanos del cielo.
Obedecen a las leyes del Estado, pero, con su vida, van más allá de la ley. Aman a todos y son perseguidos por todos. No son conocidos, pero todos los condenan. Son matados, pero siguen viviendo. Son pobres, pero hacen ricos a muchos. No tienen nada, pero abundan en todo. Son despreciados, pero en el desprecio encuentran gloria ante Dios. Se ultraja su honor, pero se da testimonio de su justicia.

Están cubiertos de injurias y ellos bendicen.

Son maltratados y ellos tratan a todos con amor. Hacen el bien y son castigados como malhechores. Aunque se los castigue, están serenos, como si, en vez de la muerte, recibieran la vida. Son atacados por los judíos como una raza extranjera. Los persiguen los paganos, pero ninguno de los que los odian sabe decir el porqué ".

Están en el mundo como el alma en el cuerpo.

"Por tanto, los cristianos están en el mundo lo mismo que el alma en el cuerpo. Como el alma se difunde por todas las partes del cuerpo, así los cristianos se esparcen por las distintas ciudades de la tierra. El alma habita en el cuerpo, pero no es del cuerpo; los cristianos habitan en el mundo, pero no son del mundo. Como el alma invisible es prisionera del cuerpo visible, así los cristianos son una realidad bien visible en el mundo, mientras es invisible el culto espiritual que rinden a Dios.

Como la carne odia al alma y le hace guerra, sin haber recibido ofensa alguna, solo porque se opone al deleite y gozo de los placeres que hacen daño, así el mundo odia a los cristianos, que no le han causado algún mal, sino porque solamente se han opuesto a una manera de vida cuya esencia es el placer.

Como el alma ama a la carne y a los miembros que la odian, así los cristianos aman a quien los odia. El alma, aun cuando sostiene al cuerpo, está encerrada en él; así los cristianos aun cuando son el sostén del mundo, viven presos en él como en una cárcel. El alma inmortal habita en una tienda mortal: así los cristianos viven como extranjeros en medio de las cosas que se corrompen, en espera de la incorruptibilidad del cielo.

Con la mortificación en el comer y en el beber, se afina el alma y se hace mejor; así también los cristianos, maltratados y perseguidos, aumentan cada día en número. Dios les ha asignado un puesto tan sublime, que no deben abandonarlo de ningún modo"

(Sources Chrétiennes, 33 bis, 62-67).