viernes, 23 de noviembre de 2007

La laicidad del Estado tiene su origen en el cristianismo

El profesor de Ética y Filosofía afirma:"la laicidad del Estado tiene su origen en el cristianismo".

Madrid. Filósofo y sacerdote, Martin Rhonheimer nació en Zúrich (Suiza) en 1950. Es profesor de Ética y Filosofía política en la Universidad de la Santa Cruz (Roma); miembro del consejo editorial del American Journal of Jurisprudence y de la Academia Pontificia de Santo Tomás. Ayer pronunció una conferencia en el IESE de Madrid.

¿Cómo encuentra nuestro país después de muchos años sin visitarlo?

Hay muchas tensiones porque está en una situación de transición. Algunos piensan que España es católica y ya no lo es. Como toda crisis es una oportunidad, una crisis de crecimiento, como la adolescencia. Hoy España es un país normal, pero la normalidad incluye cosas problemáticas.

¿No es posible una sociedad cristiana?

Tiene que ser compatible con un Estado laico, con una cultura política que respeta la libertad, también y en primer lugar la libertad religiosa, que mantenga los logros de la modernidad, la democracia occidental que llamamos no-plebiscitaria, una democracia limitada, domada por los derechos constitucionales, porque los derechos humanos limitan la soberanía del pueblo, son estándares de derecho natural que indican que la mayoría no es el último criterio. La democracia no es sólo poder votar, es una cultura política compleja, que incluye la libertad, la competencia, los partidos, los derechos, la independencia judicial, un logro que hay que defender también contra la cultura islámica, que no reconoce la independencia y la separación.

¿Cuáles son esos aspectos problemáticos?

Hay un autor italiano que defiende como meta del laicismo actuar "como si Dios no existiera", es el credo laicista, que se enfrenta a lo dicho por Juan Pablo II de que leyes como la del aborto eran ilícitas y carecían de valor jurídico. Ratzinger explicó eso diciendo que no siempre es derecho lo que decide la mayoría. Para ese autor laicista, esto es fundamentalismo. Pero decir que carecen de valor tales leyes puede decirse en dos sentidos. En un sentido lo dice el que no la acepta y busca una nueva mayoría que la revise, pero reconociendo la estructura democrática: aunque algo sea derecho vigente, puede ser injusto y se puede luchar contra ello. Para eso está la democracia y eso no es fundamentalismo. En cambio, se puede criticar como si la cultura política que produce esas leyes fuera injusta, como si la democracia se deslegitimizara por despenalizar el aborto. No es eso lo que dijo Juan Pablo II: dijo que carece de valor una ley que no cumple los estándares jurídicos objetivos de la ley natural.

¿Debe sentirse cómodo el cristiano en un Estado laico?

El cristianismo es la primera religión que sólo es un proyecto religioso. Todas las otras religiones, también la griega, eran al mismo tiempo proyectos políticos y jurídicos. La Iglesia católica es la primera que no hace depender el orden sociopolítico de la religión y de textos sagrados. La laicidad tiene origen cristiano. Yo veo la modernidad como un encuentro de la Iglesia consigo misma como religión. Pero eso no quiere decir que no pueda pronunciarse en cuestiones de relevancia moral, sino que lo debe hacer sin reprochar ilegitimidad, sin dar la impresión de que la Iglesia quiera someter al poder temporal a su competencia judicial.

¿Existe un fundamentalismo democrático?

Sí, es el de Rousseau, que presupone que la voluntad general es verdadera y que, por tanto, la opinión minoritaria es ilegítima. Eso no es cierto, ya que la opinión minoritaria es tan legítima como la otra y puede ser verdadera. Las reglas del juego dicen que si quieres que tu opinión sea ley, tienes que convencer a la mayoría.

¿Y si el laicismo es anticlerical?

Es lo que sucedió a fines del siglo XIX en la Francia de la III República. Hay que tener en cuenta que la Iglesia francesa era antirrepublicana. Cuando el Papa les propuso el ralliement, la cooperación con la República, los católicos franceses no lo quisieron. La Revolución Francesa no iba contra la monarquía, sino contra la aristocracia, su lema era: "Contra los privilegios".

¿El anticlericalismo hispano es algo rancio?

Hasta cierto punto es un anacronismo. Pero no se debería reaccionar como si hubiera que defender la España católica (algo que suena a confesionalidad), porque España no es un país católico, es un país con muchos católicos, quizá con algunos de los mejores católicos del mundo, un país que tiene raíces católicas. Es verdad que la sociedad se está descristianizando y que eso es un problema, pero volviendo al pasado no se arregla.

¿Tener ideas claras es obstáculo para el diálogo?

Al contrario, no puedo tener una discusión interesante con una persona que no tiene convicciones. Sólo convencemos si argumentamos. Y la Iglesia tiene argumentos. Los documentos del Magisterio hoy día son fantásticos, porque son razonados. Por ejemplo, el documento a las uniones homosexuales alega razones seculares, políticamente aceptables, sin ninguna afirmación deducida de la Biblia: todo es de sentido común. Expone que el matrimonio tiene un estatuto particular porque es responsable de las nuevas generaciones: de su nacimiento, educación, cultura y hasta de la transmisión de la riqueza y el saber. Las uniones homosexuales no producen nada de eso. Pueden ser uniones afectivas, de amistad: la cuestión no es que la Iglesia prefiera el amor entre hombre y mujer como tal.

"No basta con cambiar leyes injustas, hay que resolver los problemas"

¿Qué hacer frente al aborto?

La Iglesia comprende el drama de la mujer, ya que el mal del aborto no es sólo que se mate a un ser humano; también es terrible para la mujer. Es un problema causado por los varones y la mujer siempre es víctima, también la que aborta, aunque haga mal. Si los católicos sólo dicen que es un crimen y no ven el problema que hay detrás, no puede solucionarse. Es importante que haya conciencia de pecado, pero después hay que ayudar a las mujeres. Los problemas no se arreglan por cambiar la ley.

¿No puede haber una legislación perfecta?

Lo importante, en el caso citado, es que haya una red social para ayudar a las mujeres embarazadas que lo están contra su deseo o voluntad. Se ha hecho mucho en el campo pro vida. Antes no era así, una mujer con un hijo natural era una vergüenza para su familia. Es una tragedia que se mate a niños inocentes, pero hay que comprender que la mujer sometida a esa presión ve sólo su vida destrozada y ése es el problema que hay que solucionar.

Cuando Juan Pablo II escribió la encíclica Evangelium Vitae, la comentarista del telediario en Suiza, que solía ser muy negativa con el Papa, estaba entusiasmada porque en el punto 99 hablaba a las mujeres que han abortado diciendo: "No os dejéis vencer por el desánimo y no perdáis la esperanza".

¿Qué hay después de la crisis?

España todavía está experimentando la libertad, pero en otros países, por ejemplo en EEUU, los jóvenes ya no quieren una sociedad sexualizada y descubren valores como la castidad y la fidelidad. Puede parecer más fácil cambiar las leyes que solucionar los problemas, pero aquello es imposible sin mayorías, y si aceptamos la democracia hemos de quedarnos tranquilos: ser testigos de la verdad con caridad y comprensión, eso sí, sin permitir la propaganda de estilos de vida indignos, como algunas propagandas contra el sida que en realidad son incitaciones a la homosexualidad.

Entrevista Santiago Mata.
La Gaceta de los negocios

martes, 20 de noviembre de 2007

Hasta 400.000 anglicanos descontentos con Canterbury piden "unión plena" con Roma

La Comunión Tradicional Anglicana, con cientos de parroquias en todo el mundo, podría "volver a Roma" en bloque. Pero, ¿bajo qué fórmula?

Mujeres sacerdote, caos doctrinal, obispos activistas homosexuales, ideología de género, desprecio a la liturgia... muchos anglicanos se cansaron del desorden en la Comunión Anglicana y organizaron sus propias congregaciones desligados de Canterbury. Una de estas es la Comunión Tradicional Anglicana (TAC en inglés). Y tras unos años, han escrito una carta a Roma "buscando la unión plena, corporada, sacramental". ¿Qué dirá Benedicto XVI?

La TAC ha difundido el siguiente comunicado en la prensa y en su web http://www.acahome.org/tac/index.htm:

"El colegio de obispos de las Comunión Tradicional Anglicana (TAC), se reunió en Sesión Plenaria en Portsmouth, Inglaterra, en la primera semana de octubre 2007. Los obispos y vicarios generales unánimemente acordaron el texto de una carta a la Sede de Roma buscando la unión plena, corporada, sacramental. La carta fue firmada solemnemente por todo el colegio, y confiada al Primado y a dos obispos elegidos por el colegio para que se presente en la Santa Sede. La carta fue cordialmente recibida en la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El Primado de la TAC ha acordado que ningún miembro del colegio concederá entrevistas hasta que la Santa Sede haya considerado la carta y haya respondido."El primado al que se refiere el texto es John Hepworth, australiano, arzobispo de la Iglesia Católica Anglicana de Australia, una denominación anglicana sin comunión con la sede de Canterbury. En Australia sólo cuenta con 25 parroquias. Pero como primado de la TAC, al acudir a Roma con la carta que pide la unión plena, tiene en sus manos el destino espiritual de 400.000 fieles anglicanos tradicionales en todo el mundo. Ahora la pelota está en en el tejado de la Santa Sede... que puede tomarse su tiempo. Quizá bastante tiempo.

¿Qué es la Traditional Anglican Communion?

Se trata de un conjunto de iglesias de tradición anglicana que rechazaron pertenecer a la Comunión Anglicana por diversas causas de tipo doctrinal, pero sobre todo a partir de la ordenación de mujeres, primero como sacerdotisas y luego, más grave por razones organizativas, como obispas. Un fiel que siga la tradición apostólica puede evitar ir al servicio religioso de una sacerdotisa, pero... ¿cómo sabe si tal o cual sacerdote ha sido "ordenado" por una "obispa" y si por lo tanto son verdaderos y eficaces los sacramentos que imparte?

La Traditional Anglican Communion dice sumar unos 400.000 fieles. Si se integrasen en bloque en la plena comunión con Roma, sería el mayor "retorno a casa" de protestantes desde la aparición del protestantismo en el s.XVI. Las iglesias integradas en esta "comunión" son:

The Anglican Church in America 95 parroquias, 4 diócesis en EEUU, 1 diócesis en Puerto Rico, 1 diócesis en Nicaragua-América Central

The Anglican Catholic Church of Canada 43 parroquias en Canadá

The Anglican Church in Southern Africa - Traditional Rite 31 parroquias y 21 misiones en Sudáfrica

The Anglican Catholic Church of Australia 25 parroquias en Australia, 1 en Nueva Zelanda, 4 obispos

The Traditional Anglican Church (England) 22 parroquias en el Reino Unido

The Church of Torres Strait 16 parroquias en el Estrecho de Torres, entre Papúa, el norte de Australia y las islas de la zona; 3 obispos, 14 sacerdotes

The Church of Ireland - Traditional Rite 3 comunidades en 3 condados de Irlanda

y además otras dos iglesias en África (The Church of Umzi Wase Tiyopia; The Continuing Anglican Church in Zambia) y tres iglesias en Asia (The Anglican Church of India; The Orthodox Church of Pakistan; The Nippon Kirisuto Sei Ko Kai -Japón-), cuyo número de parroquias implicado no se especifica en la web de la Traditional Anglican Communion (http://www.acahome.org/tac/members/members.htm), aunque en India y África pueden ser bastantes fieles.

La parábola del hijo pródigo, como la de la oveja perdida, enseña a los cristianos a alegrarse por la vuelta a casa de una sola oveja, de un sólo hijo. ¿Qué significaría para la Iglesia Católica la acogida y plena reunión de todas estas comunidades?

No se trata sólo de "400.000 feligreses", que ya es mucho. Es también una cantidad importante de clérigos y pastores con experiencia y fervor, comunidades ya probadas, tanto en la descristianizada Europa como en el Tercer Mundo, con impacto misionero, doctrina ortodoxa, devoción, ética pro-vida y pro-familia, amor a la Biblia y a la liturgia, y una dimensión multi-étnica y multi-cultural. Sin este perfil "robusto", se habrían quedado en Canterbury.

Pero más importante aún: al acudir a Roma se marca un camino a seguir para miles de otros cristianos de tradición anglicana, descontentos con la deriva anti-bíblica del anglicanismo "de género" y homosexualista.

Todos los caminos conducen a Roma: por ejemplo, estos tres

Hay 3 vías por las que cientos de miles de anglicanos pueden ir pasando a la unión plena con la Sede de Pedro.

1- La vía de toda la vida: un cristiano anglicano (de cualquier rama) se cansa del caos doctrinal del anglicanismo y "vuelve a Roma". Acude a una parroquia católica y pasa por un cursillo de algún tipo (por lo general, en países anglófonos, la "iniciación católica para adultos"). Es un paso individual, a veces acompañado de la familia. Si es un sacerdote (casado o no) puede pedir que se le reconozcan (o se le confieran) las órdenes. Cada caso es un mundo. Hay un goteo constante de estos casos cada año.

2- Otra situación: que toda una denominación anglicana que sin embargo no está en la Comunión Anglicana pida la plena comunión con Roma. Es el caso que estamos viendo de la Traditional Anglican Communion (TAC): todo un bloque de iglesias anglicanas, que ya hace años que rompieron con Canterbury, piden comunión con Roma.

Hay muchas iglesias en esta situación de "anglicanismo sin Canterbury". En la web de AnglicansOnLine.org dan una lista que incluye, además de las de la TAC, otras 60 iglesias anglicanas "sin comunión con Canterbury": ver en http://anglicansonline.org/communion/nic.html . Sólo en EEUU-Canadá, las llamadas iglesias anglicanas "continuing" (ver http://en.wikipedia.org/wiki/Continuing_Anglican_Movement ) sumarían más de 650 parroquias. Un buen trato de Roma a la petición de la TAC podría atraer unas cuantas iglesias más en la misma situación.

3- Tercera posibilidad: que grupos enteros de anglicanos "aún en comunión con Canterbury" dejan la Comunión Anglicana y acuden a Roma. Son grupos anglocatólicos o anglicanos tradicionales que durante décadas han intentado que les dejasen un espacio en la Comunión Anglicana: que pudiesen tener sus propias jurisdicciones sin mujeres obispo, que les dejasen hacer las cosas "a su manera" en su parroquia, que se prohibiese la ordenación a militantes homosexuales, etc...

Son plataformas internacionales como Forward in Faith (www.forwardinfaith.com , 800 parroquias en todo el mundo, según sus cifras del 2005). Mirarán a Roma más o menos según el margen de maniobra que el anglicanismo liberal (como "Affirming Catholicism", grupo que pese a presentarse como anglocatólicos es pro-mujeres obispo y pro-obispos homosexualistas) les permitan.

En el 2005 se calculaba que había 4,2 millones de católicos en Inglaterra y Gales, frente a 25 millones de bautizados anglicanos (de los cuales sólo 1,7 acuden a los servicios dominicales anglicanos). Pero ha habido una oleada inmigratoria en los dos últimos años fortísima. El vicario para los católicos polacos dijo a The Times que calculaba que había unos 600.000 polacos -católicos, claro- en el Reino Unido, la mitad recién llegados. La inmigración está cambiando el mapa religioso del país.

Hay además un goteo de conversos del anglicanismo al catolicismo desde que se empezó a ordenar mujeres: Graham Leonard, antiguo obispo anglicano de Londres, se convirtió al catolicismo con su esposa en 1995. Conversos recientes son también los ex-ministros británicos tories John Gummer y Ann Widdecombe. Hace apenas unas semanas era recibida en la Iglesia católica Anita Henderson, esposa del obispo anglicano-irlandés de Tuam-Killala.

Una posibilidad: el "uso anglicano" de la Iglesia Católica

A finales de 1970 un grupo de clérigos episcopalianos (anglicanos de EEUU) pidieron ser admitidos como sacerdotes católicos por el Papa Pablo VI. Pero estaban casados y tenían hijos. No hubo respuesta hasta 1980, con Juan Pablo II: se establecía un procedimiento por el que clérigos episcopalianos casados, con familia, podían ser ordenados como sacerdotes católicos. Desde 1983, unos 75 antiguos clérigos episcopalianos casados se han ordenado como sacerdotes católicos en EEUU.

En el Reino Unido, desde 1990 son unos 600 los clérigos anglicanos que han sido ordenados como sacerdotes católicos, de los cuales 150 eran casados, según un artículo de Dwight Longenecker en CrisisMagazine.com - http://www.crisismagazine.com/june2007/longenecker.htm - (él mismo es unpadre de familia, antiguo ministro anglicano y hoy sacerdote católico).

La Iglesia católica no admite que el orden sacerdotal que ha recibido un clérigo anglicano/episcopaliano sea verdadero orden sacerdotal. No tiene constancia, al menos. Pero su entrenamiento y experiencia como clérigos anglicanos/episcopalianos es tan cercano al catolicismo que resultan candidatos muy aceptables para ser ordenados sacerdotes católicos.

En EEUU, desde 1980, rige la "Provisión Pastoral" de Juan Pablo II que estableció el "uso anglicano" dentro de la Iglesia Católica de rito latino. Sólo 7 parroquias en EEUU lo usan: por lo general, son comunidades que se pasaron del anglicanismo al catolicismo y se les permitió seguir usando la liturgia al estilo anglicano antiguo: la Misa la oficia el sacerdote mirando al altar, se comulga de rodillas, y en general es como una misa del siglo XVI... pero en inglés, no en latín.

El último caso fue el de la Sociedad de Santo Tomás Moro en Scranton, Pennsylvania: 20 familias episcopalianas que se hicieron católicas, su pastor episcopaliano se ordenó sacerdote católico (el padre Eric Bergman) y hacen la misa en "uso anglicano" en la parroquia católica de Santa Clara.

En noviembre de 2006, el arzobispo Myers (como delegado de los obispos católicos norteamericanos) y la Anglican Use Society (http://anglicanuse.org , que quiere fomentar el "uso anglicano") se reunieron y hablaron de las posibilidades de potenciar este uso. Por un lado, habría que ayudar al clero episcopaliano que quiere hacerse católico, un clero que muchas veces es casado y con hijos... y eso requiere dinero. Por otro lado, se pide que el clero llegado del episcopalianismo pueda ser ordenado por "uso anglicano" incluso si no viene acompañado de un "pack" de feligreses anglicanos, conversos, con él.

Porque la Anglican Use Society espera que los feligreses vayan llegando. Y los sacerdotes, también. Muchos anglicanos y episcopalianos que miran a Roma huyen del liberalismo moral, de la mala liturgia, del feísmo... buscan belleza, y la ven en el lujoso "uso anglicano", más que en la misa "moderna" post-Vaticano II. Se sentirían más a gusto si se les mantiene la liturgia anglicana cuando "vuelvan a Roma".

¿Qué pasará con todas estas parroquias de la TAC que piden comunión con Roma ahora? ¿Se les pedirá que abandonen su/s liturgia/s anglicana/s? ¿No se podría adaptar para ellas en Australia, India, Sudáfrica, etc... la misma provisión que rige para el uso anglicano en EEUU?

Con más de 60 denominaciones anglicanas desligadas de Canterbury, y con cientos de parroquias que estén ligadas a Canterbury pero cada vez lo lamentan más, el Uso Anglicano es una opción de puente.

Benedicto XVI y el Vaticano han demostrado ser capaces de negociar con grupos tradicionalistas católicos que han vuelto a la unión con la Sede de Pedro. Probablemente veremos en los próximos años como muchas comunidades anglicanas encuentran su lugar en la Iglesia Católica.

Y tras ellas, vale la pena mirar al resto del mundo protestante. Muchos evangélicos pro-vida y pro-familia hace años que ven a Roma como un aliado, no un enemigo. También hay un puente ecuménico importante en mundos como la experiencia carismática católica y protestante, y en iniciativas de evangelización conjunta, o de trabajo social contra la pobreza. A medida que la incertidumbre teológica divide a los protestantes en liberales y conservadores, en un cristianismo fraccionado Roma aparecerá cada vez más como la apuesta más clara al deseo de Jesús: "Padre, que sean uno".

Un poco de estadística: el clero anglicano no cree

Inglaterra tiene casi 50 millones de habitantes, y la mitad de los adultos se declara anglicano, pero sólo unos 980.000 anglicanos acuden a alguna de sus 16.000 iglesias cada domingo y en Navidad acuden hasta 2,6 millones. De los practicantes habituales unos 178.000 se consideran anglo-católicos. Es una cifra de anglocatólicos que permanece estable pese a la marcha de muchos a la unión con Roma, quizá por la venida de anglicanos de tradición evangélica que se pasan al estilo anglocatólico. Por comparación, los católicos practicantes son 1.070.000 (sobre un total de 4 millones de católicos bautizados), repartidos en unas 3.500 parroquias y capillas.

En julio de 2002 se presentó un informe estadístico realizado por Christian Research titulado "Cost of Conscience" en el que se analizaba las creencias del clero anglicano masculino y el femenino a partir de afirmaciones que se proclaman en el Credo (idéntico al católico) en los oficios anglicanos. Los resultados eran muy claros.

Creo en el Espíritu Santo: 77% sacerdotes, 74% sacerdotisas

Creo en Dios Padre: 83% sacerdotes, 74% sacerdotisas

Creo en la Trinidad: 78% sacerdotes, 70% sacerdotisas

Cuando el Credo habla de Jesús, las diferencias aumentan:

Creo que Jesús murió para quitar el pecado del mundo: 76% sacerdotes, 65% sacerdotisas

Creo que el cuerpo de Jesús resucitó de entre los muertos: 68% sacerdotes, 53% sacerdotisas

Creo que Jesús es el único camino para ser salvado: 53% sacerdotes, 39% sacerdotisas.

Creo que Jesús nació de una Madre Virgen: 58% sacerdotes, 33% sacerdotisas.

Los anglicanos ordenarán "obispas"... pero muchos se marcharán antes http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3690

Informe "Cost of Conscience" en inglés, sobre pérdida de la fe ortodoxa en el anglicanismo británico http://trushare.com/SURVEY/New%20Survey%20Page%20241003.htm

Leonard Graham, obispo anglicano de Londres, se convierte al catolicismo http://apologetica.org/leonard.htm

Ex-sacerdotisa episcopaliana, hoy católica: "lo mejor es el celibato"http://www.archimadrid.es/alfayome/menu/pasados/revistas/2001/oct2001/num278/Aqui/aqui2.htm

John Gummer, parlamentario y exministro, de anglicano a católicohttp://www.e-cristians.net/cream/?site=ecristians&idioma=es&page=9&post=1353¿Celibato obligatorio o curas casados? Habla Dwight Longenecker, ex-sacerdote anglicano, hoy católicohttp://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3182




Sobre este tema
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Contra la difamación: 13 declaraciones de líderes judíos en defensa de Pío XII

Publicamos 13 declaraciones de líderes judíos -desde Einstein hasta los grandes rabinos de Bucarest, Palestina y Roma-, una respuesta a los bulos contra el Papa Pacelli.

Entre el domingo 15 y el lunes 16 de abril de 2007, Israel ha hecho sus actos anuales de homenaje a las víctimas del Holocausto nazi. Las televisiones y radios han emitido durante toda la jornada documentales, películas históricas y entrevistas a supervivientes.

A los actos oficiales ha acudido finalmente el nuncio vaticano en Israel, monseñor Antonio Franco, que el pasado jueves 12 había anunciado su "dolorosa renuncia" a las anuales celebraciones de la Jornada de la Memoria, que tendrán lugar en el museo Yad Vashem de Jerusalén. El Vaticano protestaba así porque en la séptima sala del museo hay una foto de Pío XII con un texto en el que se le acusa de "silencio" y "falta de directrices" y no denunciar el holocausto.

Monseñor Franco escribió a las autoridades judías: "Quizá se podría quitar la foto o cambiar la frase. Pero ciertamente el Papa no puede ser colocado en medio de hombres que deberían avergonzarse de lo que hicieron contra los judíos. Pío XII no debería avergonzarse por todo lo que hizo por la salvación de los judíos, documentado por fuentes históricas". Y es que ya el anterior nuncio, Pietro Sambi, lo había pedido cuando se abrió este museo en 2005.

Al final, el presidente del museo Yad Vashem, Avner Shalev, prometió al nuncio "reconsiderar el modo en el que el se presenta al Papa Pío XII", y por esa razón monseñor Franco acudió a los actos: "Mi acción no pretendía renunciar a las celebraciones sino llamar la atención sobre el modo en que se presenta al Papa, mi objetivo ha sido logrado".

Los bulos contra Pío XII no remiten pese a los documentados trabajos de historiadores, incluso judíos, defendiendo al Papa. Los bulos nacieron con la propaganda comunista de los años 60 y se transmitieron a través de la "nueva izquierda" por toda Europa, junto con la obra de financiación soviética "El Vicario", de Huchhoth. En ella se basa la película "Amén", de Costa-Gavras, que se ha visto en las televisiones esta Semana Santa.

Por eso, cabe recordar algunos datos históricos, que tomamos, por ejemplo, del libro de Vicente Cárcel Ortí y Juan E. Schenk Pío XII, ¿defensor de los judíos?

¿Pío XII y Hitler tenían buena relación?

Hitler consideraba a Pío XII su peor enemigo y en diversas ocasiones dijo que una vez terminada la guerra habría eliminado para siempre en Europa tanto a la Iglesia católica como al cristianismo, que consideraba como un producto del judaísmo [...]

¿Por qué Pío XII no hizo declaraciones públicas denunciando el Holocausto durante la guerra?

Pío XII hizo por los hebreos cuanto le fue humanamente posible hacer. Hizo ciertamente mucho más que el presidente de los Estados Unidos, Roosevelt y el primer ministro inglés, Churchill, quienes estaban mucho mejor informados que el Papa de cuanto sucedía en Alemania. Estos callaron dos años y no intervinieron. En cambio, Pío XII ordenó secretamente a la Iglesia que ayudara a los hebreos perseguidos y limitó los daños de la guerra en cuanto le fue posible.

Pío XII no lanzó anatemas contra Hitler y contra los nazis, que en aquellos momentos terribles hubieran sido inútiles y dañinos para los mismos hebreos, sino que intervino con la caridad para ayudar a todos. Su deber de padre y pastor le obligaron a no aumentar los sufrimientos de poblaciones probadas por la guerra y la persecución con intervenciones públicas que hubieran agravado la situación.

Lo mismo hicieron las Cruz Roja Internacional y el World Jewish Congress (Congreso Mundial Judío). Ambas organizaciones socorrieron a las víctimas pero no hicieron declaraciones públicas de condena contra las atrocidades nazis porque habrían sido contraproducentes y habrían desencadenado una represión todavía mayor.

Además, en ForumLibertas hemos querido bucear un poco por los archivos en busca de declaraciones de fácil acceso: 13 autoridades judías, desde 1940 hasta nuestros días, en defensa del Papa y la Iglesia.

13 líderes judíos en defensa de Pío XIILas críticas contra el Papa partieron de sectores ligados al bloque comunista soviético, no de los judíos. Empezaron además en 1963, cinco años después de la muerte del Papa, con la obra de teatro de la Alemania comunista de Rolf Hochhuth. Hasta ese año el reconocimiento judío a Pío XII era unánime. Y también después de esa fecha, los historiadores judíos lo tienen claro. Pío XII salvó a muchos judíos.

1. "Cuando tuvo lugar la revolución en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad. Antes nunca había experimentado un interés particular por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque la Iglesia fue la única que tuvo la valentía y la constancia para defender la verdad intelectual de la libertad moral."

[Albert Einstein, judío alemán y premio nobel de física, en la revista norteamericana TIME el 23 de diciembre de 1940]

2. "El pueblo de Israel nunca olvidará lo que Su Santidad y sus ilustres delegados, inspirados por los principios eternos de la religión que forman los fundamentos mismos de la civilización verdadera, están haciendo por nuestros desafortunados hermanos y hermanas en este hora, la más trágica de nuestra historia, que es prueba viviente de la divina Providencia en este mundo"

[Isaac Herzog, Gran Rabino de Palestina, el 28 de febrero de 1944; Actes et documents du Saint Siege relatifs a la Seconde Guerre Mondiale, X, p. 292.]

3. "No es fácil para nosotros encontrar las palabras adecuadas para expresar el calor y consuelo que experimentamos por la preocupación del Supremo Pontífice, que ofreció una larga suma para aliviar los sufrimientos de los judíos deportados; los judíos de Rumanía nunca olvidaremos estos hechos de histórica importancia"

[Alexander Shafran, Gran Rabino de Bucarest, el 7 de abril de 1944; Actes et documents du Saint Siege relatifs a la Seconde Guerre Mondiale, X, p. 291-292]

4. "Hemos oído la gran parte que el Santo Padre ha jugado en la salvación de refugiados en Italia, y sabemos de fuentes que merecen confianza que este gran Papa ha extendido su mano poderosa y acogedora para ayudar a los oprimidos en Hungría"

[Juez Joseph Proskauer, presidente del American Jewish Committee, en la marcha de concienciación del 31 de julio de 1944 en Nueva York]

5. "Dirigimos un reverente homenaje de reconocimiento al Sumo Pontífice, a los religiosos y religiosas que poniendo en práctica las directrices del Santo Padre, sólo han visto en los perseguidos a unos hermanos, y con arrojo y abnegación han actuado de forma inteligente y eficaz para socorrernos, sin pensar en los gravísimos peligros a que se exponían".

[Giuseppe Nathan, comisario de la Unión de Comunidades Israelitas italianas, 07-09-1945]

6. "Al Santo Padre, en nombre de la Unión de las Comunidades Israelitas, su más sentido agradecimiento por la obra llevada a cabo por la Iglesia Católica en favor del pueblo judío en toda Europa durante la guerra".

[A.Leo Kubowitzki, secretario general del World Jewish Congress, al ser recibido por el Papa el 21-09-1945]

7. "Desearía aprovechar esta oportunidad para rendir homenaje al Papa Pío por su esfuerzo en favor de las víctimas de la guerra y la opresión. Proveyó de ayuda a los judíos en Italia e intervino a favor de los refugiados para aligerar su carga"

[William Rosenwald, presidente de United Jewish Appeal for Refugees, 17 de marzo de 1946, citado el 18 de marzo en el New York Times]

8. "Pueden ser escritos volúmenes acerca de las multiformes obras de socorro de Pío XII. Las reglas de la severa clausura caen, todas y cada una de las cosas, están al servicio de la caridad. Escuelas, oficinas administrativas, iglesias, conventos, todos tienen sus huéspedes. Como un centinela ante la sagrada herencia del dolor humano, surge el Pastor Angélico, Pío XII. Él ha visto el abismo de desgracia hacia el cual la humanidad se dirige. Él ha medido y pronosticado la inmensidad de la tragedia. Ha hecho de sí mismo el heraldo de la voz de la justicia y el defensor de la verdadera paz."

[Eugenio Zolli en su libro Before the Dawn, 1954; su nombre original era Israel Zoller, gran rabino de Roma durante la Segunda Guerra Mundial; convertido al cristianismo en 1945, se bautizó como "Eugenio" en honor a Eugenio Pacelli, Pío XII]

9. "Lloramos a un gran servidor de la paz que levantó su voz por las víctimas cuando el terrible martirio se abatió sobre nuestro pueblo"

[Golda Meier, ministra de exteriores de Israel, octubre de 1958, al morir Pío XII]

10. "En un tiempo en el que la fuerza armada dominaba de forma indiscriminada y el sentido moral había caído al nivel más bajo, Pío XII no disponía de fuerza alguna semejante y pudo apelar solamente a la moral; se vio obligado a contrastar la violencia del mal con las manos desnudas. Hubiera podido elevar vibrantes protestas, que hubieran parecido incluso insensatas, o más bien proceder paso tras paso, en silencio. Palabras gritadas o actos silenciosos. Pío XII escogió los actos silenciosos y trató de salvar lo salvable".

[Pinchas E. Lapide, historiador hebreo y consul de Israel en Milán, en su obra "Three Popes and Jews", Londres 1967; calcula que Pío XII y la Iglesia salvaron con sus intervenciones unas 850.000 vidas].

11. "El mismo Papa fue denunciado por Joseph Goebbels -ministro de Propaganda del gobierno nazi- por haber tomado la parte de los judíos en el mensaje de Navidad de 1942, en el que criticó el racismo. Desempeñó también un papel, que describo con algunos detalles, en el rescate de las tres cuartas partes de los judíos de Roma."

[Sir Martin Gilbert, historiador judío inglés experto en el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, en una entrevista el 02-02-2003 en el programa "In Depth", del canal televisivo C-Span]

12. "¿El linchamiento contra Pío XII? Una porquería. Vengo de una familia de origen judío y he tenido parientes que murieron en los campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Ese Papa y la Iglesia que tanto dependía de él, hicieron muchísimo por los judíos. Seis millones de judíos asesinados por los nazis y casi un millón de judíos salvados gracias a la estructura de la Iglesia y de este pontífice. Se recrimina a Pío XII por no haber alzado un grito ante las deportaciones del ghetto de Roma pero otros historiadores han observado que nadie vio a los antifascistas corriendo hacia la estación para tratar de detener el tren de los deportados. Uno de los motivos por los que este importante Papa fue crucificado se debe al hecho de que tomó parte contra el universo comunista de manera dura, fuerte y decidida."

[Paolo Mieri, periodista judío italiano, ex-director del Corriere della Sera, presentando el libro Pio XII; Il Papa degli ebrei, de Andrea Tornielli el 6 de junio de 2001. ]

13. "Pío XII no fue el Papa de Hitler, sino el defensor más grande que nunca hemos tenido los judíos, y precisamente en el momento en el que lo necesitábamos. El Papa Pacelli fue un justo entre las naciones a quien hay que reconocer el haber protegido y salvado a centenares de miles de judíos. Es difícil imaginar que tantos líderes mundiales del judaísmo, en continentes tan diferentes, se hayan equivocado o confundido a la hora de alabar la conducta del Papa durante la guerra. Su gratitud a Pío XII duró durante mucho tiempo, y era genuina y profunda."

[David G. Dalin, rabino de Nueva York e historiador, 22 de agosto de 2004, entrevistado en el meeting de Rímini, Italia]

Sobre este tema se
está hablando aquí, en los foros IntCat.

domingo, 18 de noviembre de 2007

El amor da el sentido al universo

Intervención de Benedicto XVI con motivo de la oración mariana del Ángelus

domingo, 18 noviembre 2007

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¡Queridos hermanos y hermanas!

En la página evangélica del hoy, San Lucas vuelve a proponer a nuestra reflexión la visión bíblica de la historia y refiere las palabras de Jesús que invitan a los discípulos a no tener miedo, sino a afrontar dificultades, incomprensiones y hasta persecuciones con confianza, perseverando en la fe en Él. «Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones –dice el Señor--, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato» (Lc 21,9). Consciente de esta advertencia, desde el inicio la Iglesia vive en la espera orante del retorno de su Señor, escrutando los signos de los tiempos y poniendo en guardia a los fieles de recurrentes mesianismos, que de vez en vez anuncian como inminente el fin del mundo. En realidad, la historia debe seguir su curso, que comporta también dramas humanos y calamidades naturales. En ella se desarrolla el proyecto de salvación al que Cristo ha dado ya cumplimiento en su encarnación, muerte y resurrección. Este misterio la Iglesia sigue anunciando y poniendo por obra con la predicación, con la celebración de los sacramentos y el testimonio de la caridad.

Queridos hermanos y hermanas: acojamos la invitación de Cristo de afrontar los sucesos diarios confiando en su amor providente. No temamos por el futuro, incluso cuando nos pueda parecer de tintes sombríos, porque el Dios de Jesucristo, que asumió la historia para abrirla a su cumplimiento trascendente, es su alfa y omega, el principio y el fin (v. Ap 1,8). Él nos garantiza que en cada pequeño pero genuino acto de amor está todo el sentido del universo, y que quien no duda en perder la propia vida por Él, la reencontrará en plenitud (v. Mt 16,25).

A tener viva tal perspectiva nos invitan, con singular eficacia, las personas consagradas, que han puesto sin reservas sus vidas al servicio del Reino de Dios. Entre éstas desearía recordar particularmente a las llamadas a la contemplación en los monasterios de clausura. A ellas la Iglesia dedica una Jornada especial el miércoles próximo, 21 de noviembre, memoria de la presentación de la Virgen María en el Templo. Mucho debemos a estas personas que viven de lo que la Providencia les procura mediante la generosidad de los fieles. El monasterio, «como oasis espiritual, indica al mundo de hoy lo más importante, más aún, al final la única cosa decisiva: existe una razón última por la que vale la pena vivir, que es Dios y su amor inescrutable» (Heiligenkreuz, 9 de septiembre de 2007). La fe que opera en la caridad es el verdadero antídoto contra la mentalidad nihilista, que en nuestra época cada vez va extendiendo más su influencia en el mundo.

Nos acompaña en la peregrinación terrena María, Madre del Verbo encarnado. A Ella le pedimos que sostenga el testimonio de todos los cristianos, para que se apoye siempre sobre una fe sólida y perseverante.

ZENIT.org

viernes, 16 de noviembre de 2007

El obispo de Roma


Quinto documento del dialogo teológico católico-ortodoxo

Comienza la reflexión sobre el papel del obispo de Roma

Eleuterio F. Fortino

La X sesión plenaria de la Comisión mixta del diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, que tuvo lugar en Rávena (8-15 de octubre de 2007), concordó e hizo público un documento titulado «Consecuencias eclesiológicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comunión eclesial, conciliaridad y autoridad». El documento es complejo y denso en aspectos históricos, eclesiológicos, canónicos. Como conclusión de la sesión se leyó, párrafo a párrafo, y se aprobó por todos los miembros presentes antes de que los dos co-presidentes lo declararan aprobado y publicable con un embargo de un mes.

El último número del documento expresa la convicción de la importancia del resultado alcanzado en estos términos: «Nosotros, miembros de la Comisión internacional [...] estamos convencidos de que la declaración arriba citada representa un progreso positivo y significativo en nuestro diálogo y proporciona una sólida base para la discusión futura sobre la cuestión del primado en la Iglesia a un nivel universal». El documento expresa una etapa en el diálogo que vislumbra ante sí un camino aún largo. El documento se sitúa en la perspectiva de la visión de la comunión eclesial (koinonìa, communio) así como ha surgido de los primeros cuatro documentos publicados por esta Comisión. En el intento de describir la naturaleza de la comunión eclesial se había afirmado que ella se funda en la unidad de fe, de sacramentos y de ministerio. «Sobre la base de tales afirmaciones comunes de nuestra fe –se declara en el presente documento— debemos ahora sacar las consecuencias eclesiológicas y canónicas derivadas de la naturaleza sacramental de la Iglesia». El documento parte de un doble interrogante: ¿de qué modo la vida de la Iglesia manifiesta su estructura sacramental? ¿Cuál es la relación entre la autoridad inherente a toda institución eclesial y la conciliaridad que deriva del misterio de la Iglesia como comunión?

El documento se articula en dos partes. En la primera se presentan los fundamentos de la conciliaridad y de la autoridad en la Iglesia, dos dimensiones trenzadas entre sí para sustentar la comunión eclesial y hacerla armónicamente activa. En la comunión eclesial –se afirma— todos los fieles son responsables de la vida de la Iglesia, y no sólo los obispos, si bien estos tienen un carisma y un papel propio. Al proclamar la fe de la Iglesia y al aclarar las normas del comportamiento cristiano, los obispos por institución divina tienen una tarea específica, cuya autoridad (exousìa) no es «algo que la comunidad delega», sino al contrario, «es un don del Espíritu Santo destinado al servicio (diakonìa) de la comunidad y jamás ejercido fuera de ella». En este punto se cita a San Cipriano, según el cual el obispo está en la Iglesia y la Iglesia en el obispo. Un modo particular con el que se expresa la autoridad y la conciliaridad en la vida de la Iglesia son los concilios locales, regionales y ecuménicos. La dimensión conciliar de la vida de la Iglesia pertenece a su naturaleza más profunda. En el documento se recalca que «los concilios constituyen el principal modo de ejercicio de la comunión entre los obispos», pero en la historia se indican otras expresiones, como cartas de comunión, consultas, recursos a ayudas en tiempos difíciles, en momentos de crisis, de cismas o de herejías.

La segunda parte del documento trata de modo específico de la «triple actualización de la conciliaridad y de la autoridad». Esta perspectiva se introduce con la afirmación de que «la dimensión conciliar de la Iglesia debe estar presente en los tres niveles de la comunión eclesial: local, regional y universal». A nivel local se entiende la diócesis confiada al obispo. A nivel regional se entiende un conjunto de Iglesias locales (metrópolis, patriarcado) con sus obispos que reconocen a aquél que es el primero entre ellos. Para el nivel universal se afirma en el documento que «aquellos que son los primeros (pròtoi) en las diversas regiones, junto a todos los obispos, colaboran en lo que respecta a la totalidad de la Iglesia. A este nivel los pròtoi deben reconocer a quién es el primero entre ellos».

Cuanto es afirmado para este tercer nivel contiene la novedad del documento porque introduce la visión de la catolicidad de la Iglesia y el papel del obispo de Roma en ella, del que, en la próxima fase de diálogo, se deberán precisar de común acuerdo sus prerrogativas. En esta visión el documento trata el papel de los concilios ecuménicos en la historia, instrumentos privilegiados de conciliaridad y de autoridad. El documento afirma: «La conciliaridad a nivel universal, ejercida en los concilios ecuménicos, implica un papel activo del obispo de Roma, como pròtos entre los obispos en las sedes mayores, en el consenso de la asamblea de los obispos. Aunque el obispo de Roma no haya convocado los concilios ecuménicos de los primeros siglos, y no los haya presidido nunca, él estuvo sin embargo involucrado en el proceso decisional de tales concilios». Primado y conciliaridad son «recíprocamente interdependientes». El documento aquí observa que en los distintos niveles de la vida de la Iglesia –local, regional, universal-- «el primado debe ser siempre considerado en el contexto de la conciliaridad y, análogamente, la conciliaridad en el contexto del primado». El documento entra más directamente en el problema del pròtos a nivel universal. Recuerda ante todo que «ambas partes (católicos y ortodoxos) concuerdan sobre el hecho de que Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer puesto de la tàxis y que el obispo de Roma era por lo tanto el pròtos entre los patriarcas».

Por lo que respecta al primado en los diversos niveles, el documento afirma dos puntos:

a) Se trata de una práctica firmemente fundada en la tradición canónica de la Iglesia.

b) Mientras el hecho del primado a nivel universal es aceptado por Oriente y por Occidente, existen diferencias tanto acerca del modo según el cual debe ser ejercido como acerca de sus fundamentos escriturísticos y teológicos.

El documento señala varios caminos de investigación.

Ante todo uno de carácter histórico; las dos partes en diálogo «no están de acuerdo en la interpretación de los testimonios históricos en lo relativo a las prerrogativas del obispo de Roma en cuanto pròtos, cuestión incluida en diversas formas ya en el primer milenio».

En perspectiva plantea la siguiente cuestión: «¿Cuál es la función específica del obispo de la primera sede en una eclesiología de koinonìa?».

Este interrogante coincide con la petición que hizo el Papa Juan Pablo II de un diálogo fraterno a fin de «encontrar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva. (...) Que el Espíritu Santo nos dé su luz e ilumine a todos los Pastores y teólogos de nuestras Iglesias para que busquemos, por supuesto juntos, las formas con las que este ministerio pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por unos y otros» (Ut unum sint, 95).

Tal vez el diálogo católico-ortodoxo es la respuesta más comprometida a la petición del Papa Juan Pablo II.

El presente documento de la Comisión mixta internacional ha concordado una base sólida para el diálogo sobre la cuestión crucial y ha proyectado un plan concreto para la continuación del estudio ulterior. Por ahora, ha decidido el tema para la próxima sesión plenaria que tendrá lugar en el mes de octubre de 2009. El tema será la continuación de aquél concluido en Rávena y su profundización: «El papel del obispo de Roma en la comunión eclesial en el primer milenio». El diálogo, bien orientado, queda positivamente abierto.

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viernes, 9 de noviembre de 2007

Quieren acallar a la Iglesia

Cuenta Eugenio Xammar en Crónicas desde Berlín (1930-1936) que en 1934, la Iglesia alemana, especialmente la católica, se oponía al régimen nazi. Y Goebbels profería contra ella amenazas como ésta: «El nacionalsocialismo no está dispuesto a tolerar que el púlpito sirva para hacer propaganda política indirecta y solapada». Hoy en día, en España, se arremete duramente contra la Iglesia católica desde dos diarios progubernamentales, uno más que otro como es público y notorio. Se reprocha a la Iglesia «su persistente e indisimulado activismo político» y su «acoso a algunas instituciones y magistraturas del Estado». Se denuncia que «la Iglesia sigue reclamando en la vida pública española un espacio que no le corresponde. Pero, además, sigue reclamándolo desde unas posiciones abiertamente partidistas, cuando no directamente sectarias». La invectiva periodística concluye: «La jerarquía eclesiástica española ha renunciado a la autoridad moral en favor de la militancia política». ¡Cuánta similitud entre esto y lo de Berlín¡.

A los furibundos ataques se suman noticias de corte anticlerical que informan de la preparación de un programa electoral del PSOE que propone la revisión del Concordato entre el Estado español y la Santa Sede de 1979 y de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980. Se pretendería, así, suprimir, por ejemplo, la presencia eclesiástica en las Fuerzas Armadas y en los funerales y demás actos protocolarios del Estado. Y como guinda a este pastel de ingredientes anticlericales y volterianos, la respuesta ofrecida en su periódico amigo por el presidente del Gobierno. Ante la pregunta precocinada ¿qué le parece la batalla mediática sobre el 11-M? responde de forma magnánima, espléndida, como él sólo sabe: «Como presidente del Gobierno debo hacer un llamamiento a la Conferencia Episcopal para que desde esa emisora de su propiedad se contribuya a la convivencia y a la verdad». O sea que, ese estadista de atolón que, cual lucecita de El Pardo, alumbra la vida plurinacional, ese genio de la gestión pública que eleva nuestros ánimos recordándonos que en economía somos un país que juega en la Champions League, que España, como octava potencia mundial, se prepara para el futuro, y quién sabe si en el 2010 puede situar un hombre en la Luna, gracias a la Ministra de Fomento, ese presidente de dibujos animados tiene aún tiempo para dirigir un llamamiento ¿o requerimiento? a una emisora de radio libre, como hace días lanzó un dardo intervencionista a la banca, sugiriendo ¿o imponiendo? no denegar créditos a los clientes. En verdad, que aspira al control total de la sociedad. Al totalitarismo.

Cuánta razón asiste al embajador español en la Santa Sede, el socialista Francisco Vázquez, al afirmar que «en el PSOE siempre ha habido una corriente anclada en el pasado, que yo he llamado a veces casposa. Están muy atrasados respecto al papel de la fe y del compromiso religioso y lo que eso conlleva, una ignorancia absoluta con respecto a lo que representa la Iglesia en la configuración de muchas realidades actuales como es el compromiso con la igualdad y con la justicia".

El diplomático también arrea a la prensa adicta al Gobierno: "Ha tomado una línea editorial marcadamente contraria a la Iglesia con una deformación importante de la verdad". Lo dice Vázquez. No el cardenal Cañizares ni el cardenal Rouco. Hay en marcha una ofensiva laicista contra la Iglesia que niega su presencia en la vida pública, además de acusarla de hacer política, de ser sectaria y partidista y de estimular la crispación. ¡Cuánta incoherencia en los acusadores¡. Cuando Juan Pablo II se oponía a la guerra de Irak o cuando los obispos de las diócesis catalanas opinaban favorablemente sobre el Estatut, nuestra progresía sonreía hipócritamente. Si la Iglesia católica critica la asignatura de Educación para la Ciudadanía o afirma que sólo es matrimonio la unión de un hombre y de una mujer, entonces, esa misma progresía exclama ¡bah¡ ya están los obispos o el Papa metiéndose en política. La Iglesia católica está donde ha estado siempre: en el Evangelio. Es la única que, separando perfectamente lo temporal de lo espiritual, supera las fronteras nacionales y enlaza a todos los hombres por vínculos superiores a los meramente políticos. Es un aliado indispensable como defensora de los derechos del hombre y en las luchas por la libertad.

El laicismo niega a la Iglesia la defensa de sus enseñanzas e instituciones cuando en la vida pública se vulneran sus derechos y doctrina. Pretende arrojarla a una perpetua zozobra haciéndola depender no del derecho, sino de la benevolencia de quienes manejan un poder inmenso. Persigue su destierro civil recluyéndola en los templos.

Se pretende acallar su voz. Ese hábito tan funesto de impedir hablar, recuerda la anécdota de Melquíades Álvarez en Oviedo por los años 30. Iba a hablar D. Melquíades en dicha ciudad, por primera vez tras abandonar las tesis republicanas y sumarse a la causa monárquica. Sus antiguos correligionarios ovetenses decidieron impedir el discurso. Cuando al orador le tocaba su turno, comenzó un vocerío y una pitada tremendos. Tras minutos de alboroto y como los ruidosos empezaban a flaquear, alguien alentó desde las gradas: «No le dejéis hablar que nos convence». Hoy temen algunos que la voz de la verdad resuene y convenza, e incapaces de soportar la libertad que trae consigo, se vean obligados a silenciarla. Como en Berlín.

Raúl Mayoral Benito
La Gazeta de los Negocios
6.XI.2007

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Joseph Ratzinger y las religiones. Entrevista con el profesor Rodríguez Duplá

SALAMANCA, martes, 6 noviembre 2007 ( ZENIT.org).- La editorial Ciudad Nueva ha editado un nuevo libro bajo el título «La Iglesia, Israel y las demás religiones» que recoge cuatro escritos del entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, sobre el diálogo interreligioso.

Zenit ha entrevistado al profesor Leonardo Rodríguez Duplá (Madrid, 1963), catedrático de ética y filosofía política en la Universidad Pontificia de Salamanca, de cuya facultad ha sido decano durante seis años y autor de la presentación del libro.

El profesor Rodríguez Duplá, que estudió filosofía en Madrid, Salzburgo y Munich, afirma que la manera de entender el diálogo del entonces cardenal Ratzinger «se caracteriza por la disponibilidad a aprender de los otros».

--¿Cuál es la visión del entonces cardenal Ratzinger sobre el diálogo interreligioso?

--Rodríguez Duplá: Desde los años del Concilio Vaticano II la Iglesia ha animado constantemente a la práctica del diálogo con creyentes de otras religiones, y en particular al diálogo con la fe de Israel.

El teólogo Joseph Ratzinger no ha sido ajeno a esta sensibilidad eclesial. En escritos publicados a los largo de varias décadas de actividad teológica y pastoral ha dado muestras de un constante interés por el diálogo interreligioso.

Su manera de entender este diálogo se caracteriza por la disponibilidad a aprender de los otros.

No se debe excluir de antemano que las grandes tradiciones religiosas no cristianas contengan elementos importantes de la verdad que salva, elementos que, incorporados al caudal de la religión cristiana, contribuirán a purificar nuestra fe.

Para identificar esos elementos valiosos es preciso conocer las otras religiones, lo cual implica el esfuerzo, ciertamente de arduo, de entenderlas «desde dentro», sin imponerles un molde universal y abstracto.

Por otra parte, esta disposición a aprender de los demás no comporta renuncia a la pretensión de verdad por parte del cristianismo, ni tampoco renuncia a su vocación misionera.

--¿Ha cambiado esta perspectiva, desde que es Papa?

--Rodríguez Duplá: La posición del Papa no ha variado en los últimos años. Su reciente libro «Jesús de Nazaret» es, entre otras muchas cosas, una continuación de su diálogo constante con el mundo judío, de manera muy especial en las páginas en las que discute la interpretación del sermón de la montaña propuesta por el rabino Jacob Neusner.

Ese interés por el entendimiento entre judíos y cristianos tiene una de sus raíces en la unidad profunda del Antiguo y el Nuevo Testamento, que es sin duda otra de las claves del libro.

Por otra parte, en su discurso de Ratisbona el Papa volvió a insistir en la ilegitimidad del adoctrinamiento violento, defendiendo en cambio la persuasión por el «logos» como único camino adecuado para el proselitismo.

--En el libro Ratzinger está convencido de que el contacto con las tradiciones religiosas, especialmente asiáticas, pueden ayudar al cristianismo a reavivar su dimensión mística. ¿Por qué?

--Rodríguez Duplá: En este libro Ratzinger trabaja con la distinción entre religiones teístas, orientadas a la trascendencia, y religiones místicas, vertidas a la interioridad del sujeto. A este segundo tipo pertenecen las grandes religiones asiáticas.

Estas religiones no reconocen a lo divino carácter personal, ni conciben el mundo como creación; aquí la experiencia de fe fundamental es de naturaleza mística, y se alcanza mediante el recogimiento interior que lleva al sujeto a sumirse en la profundidad muda del ser.

Esta vía de la interioridad desemboca en una teología estrictamente apofática [negativa, ndr.], que renuncia a toda definición dogmática y a toda estructura institucional. Las diferencias con el cristianismo son, desde luego, muy patentes.

Sin embargo, Ratzinger defiende que el contacto con estas tradiciones aparentemente tan distantes puede ser enriquecedor para el cristianismo en la medida en que estimule la conciencia de su propia dimensión mística y apofática.

Es de la mayor importancia que no olvidemos que cuanto podamos afirmar de Dios no es sino un pálido reflejo de una realidad que desborda con mucho nuestro pensamiento.

--La figura de Cristo no es un obstáculo insalvable para el diálogo entre Israel y la Iglesia. ¿Cómo lo argumenta, el cardenal Ratzinger en sus escritos?

--Rodríguez Duplá: Es un hecho histórico indiscutible que Cristo ha sido para los cristianos de todas las épocas y latitudes la vía de acceso al universo religioso judío.

Merced a Él, la Biblia de Israel ha llegado a todos los pueblos y el Dios de Israel ha llegado a ser venerado como único Dios verdadero en todos los rincones de la Tierra.

Este hecho sugiere ya por sí solo que las relaciones entre ambas religiones no pueden ser de hostilidad o indiferencia.

Por otra parte, Ratzinger explora en las páginas de este libro con gran finura teológica el sentido de expresiones tales como Nueva Alianza o Ley nueva, mostrando que, cuando son rectamente entendidas, no suponen la derogación de lo precedente, sino más bien su cumplimiento y consumación.