martes, 25 de septiembre de 2007

«Cibervocaciones».com

Dios también llama, y es llamado, por internet. Tres dominicas han creado su espacio en la Red para captar vocaciones en todos los rincones del mundo. Ya llegan a 37 países y han recibido 150.000 visitas.

Dios también llama por internet, aunque no sea de una forma muy ortodoxa. «¿Borrachina?, ¿marchosa?, ¿enamoradiza? Bien. Tal vez seas la monja perfecta». Es la proclama elegida por las creadoras de www.mivocacion.com, un espacio de internet gestionado por tres jóvenes dominicas de Barcelona. Conchi García Fernández, Ana Isabel Pérez Guerrero y Gemma Morató i Sendra están detrás de esta web vocacional, gracias a la cual han llevado la orden de las Dominicas de la Presentación a 37 países. Además, doce jóvenes han optado por la vida religiosa después de hablar con ellas.

Todo comenzó de la manera más sencilla. «En julio del 2004, a partir de una página muy simple que teníamos sobre la Congregación, empezaron a llegar e-mails de jóvenes y pensamos en hacer una web descaradamente vocacional, al tiempo que quisimos dar a conocer nuestra felicidad en la vida a la que fuimos llamadas», explican. En tres años, han recibido 150.000 visitas y respondido a unos 5.000 correos. Del movimiento de la página surgió después un «blog», que tiene 400 lectores diarios, y en menos de un año y, medio, 230.000 visitantes.

El estilo de la página es atractivo y desenfadado. «Es una manera simpática de atraer la atención». Las tres hermanas creen que quien llega a su página, al final, es porque tiene una inquietud: «Hay algo dentro que le quema, a veces,-no sabe ni qué es». «Nos preguntan muchas cosas. Sobre todo, de la vida vivida en profundidad, sobre la vocación, el amor, la soledad... A veces, hay demasiada incomunicación en un mundo hipercomunicado», sostiene Gemma Morató, de 56 años. Periodista y maestra de educación especial, entró en la congregación en 1991. Seis años después hizo voto de pobreza, obediencia y castidad.

Compatible con la clausura

También en los conventos de clausura, el Vaticano permite el uso «ilimitado, pero con moderación y discreción» de la Red de redes. La Santa Sede ha dejado dicho que ni el voto de silencio que hace enmudecer a las congregaciones más estrictas debe ser incompatible con la comunicación a través del ordenador. De ahí que lo último en algunas comunidades de vida contemplativa sea conceder plegarias «a la carta» con los ruegos que reciben vía e-mail, Es el caso de las trece monjas de clausura del monasterio trinitario de Burgos. Emplearon a dos hermanas en la gestión y actualización de un sitio web y ahora incluyen en sus oraciones las «ciberpeticiones». Cada día llegan de cinco a diez desde España, México, Chile, EE.UU., Filipinas, que se refieren a problemas familiares, de salud, drogas o sectas.

I. ÁLVAREZ
ABC, Sábado 15 de Septiembre de 2007

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