lunes, 8 de diciembre de 2008

Un destello de unidad, para variar

La expresión de sus caras mientras daban vueltas a mi alrededor era algo que nunca había visto antes en mi vida religiosa. Al verles pasar me dí cuenta de que algo muy diferente acababa de suceder en esta asamblea. El tambor sufí redoblaba acompasadamente mientras el grupo, una y otra vez, cantaba La-a-illa-ha [1], alternando con al-le-lu-i-a y después Amazing Grace [2] . Todos cantaban rítmicamente, suavemente, persistentemente, con entusiasmo, como se podía esperar con toda seguridad de los sufíes. Pero las personas presentes en esta zikr [3], que cantaban y bailaban alrededor de los sufíes que la presidían, no eran miembros de ninguna de las órdenes sufíes del Islam -que son análogas a las órdenes religiosas cristianas de todo el mundo. Eran monjes budistas, hindúes, cristianos, rabinos judíos, imanes musulmanes, Bailarines del Sol norteamericanos y practicantes de todas las grandes tradiciones contemplativas del mundo. Esta zikr, esta oración sufí de alabanza, se convertía de repente en una oración universal, una verdadera oración de todas aquellas personas procedentes de todas aquellas tradiciones religiosas orando con una misma oración -pero en algún modo diferente.

Fue un momento en la vida espiritual que no se podía olvidar rápidamente. Era, como habría dicho un místico cristiano de siglos ya pasados, una degustación anticipada del cielo. Fue, como mínimo, una fugaz visión de lo que, en realidad, la religión podía ser -debería ser. Fue un momento de unidad contemplativa real. Mientras el mundo a nuestro alrededor está en estos momentos patas arriba política, económica y socialmente -tratando de descifrar lo que el cambio [4] es en realidad, lo que significa ser pragmáticos, o cómo salir del pozo seco de la economía en el que hemos caído -otros cambios estaban claramente teniendo lugar a la vez. Cambios cataclísmicos.

Estos cambios, religiosos, no están, por supuesto, cargados de la misma clase de urgencia que los cambios políticos o económicos. No son tan evidentes ni se definen como medidas de emergencia o paquetes de estímulo de la economía. En muchos casos ni siquiera los radares los detectan, pero están ahí definitivamente. Y no se trata de la idea de la religión que la mayoría de nosotros hemos conocido desde niños en el siglo XX.

Este nuevo mundo de la religión se manifestó en Aspen (Colorado, EEUU) la semana pasada, en la conferencia organizada por la Iniciativa de las Mujeres para la Paz Global (Global Peace Initiative of Women [5]): “Recogiendo las voces espirituales de América: para profundizar en nuestra conciencia de unidad y en nuestra compasión como nación” (ver página web en inglés http://www.gpiw.org/aspen.html). El objetivo de la conferencia era, como decía el programa claramente, “una reflexión con los líderes espirituales y religiosos de América”. Se hizo el llamamiento al día siguiente de las elecciones presidenciales para considerar lo que significa pasar de la “sabiduría contemplativa a la acción compasiva”.

Más de 100 reconocidas voces de las grandes tradiciones contemplativas religiosas se juntaron en un momento de grandes cambios para preguntarse qué cambio se les exigiría también a ellas como resultado de los cambios sociales que estaban ocurriendo a su alrededor. Según una de las preguntas que se hacían al grupo allí reunido, “¿cuál es la llamada de nuestro tiempo y cómo debemos responder nosotros los contemplativos?”. Hacer semejante pregunta a un grupo de contemplativos declarados de cualquier tradición religiosa puede parecer extraño a aquellos que piensan que la persona “contemplativa” es aquella que busca escapar del mundo. Pero para aquellos que entienden la contemplación como el compromiso espiritual de ver el mundo como Dios lo ve, la conferencia y su pregunta son del todo pertinentes. Por ejemplo, algunos de los grandes contemplativos del catolicismo, como Catalina de Siena, Teresa de Ávila, Francisco de Asís, Tomás Merton y Dorothy Day [6], fueron también grandes activistas. ¿Qué quiere Dios, en un momento como el actual, de aquellos que dedican su vida a trascender las ideologías, inmersos en las tradiciones místicas de las diferentes confesiones religiosas, entregados preferentemente a la dimensión espiritual de la vida más que al mantenimiento de las propias instituciones religiosas?

Desde un cierto punto de vista, las preguntas eran muy comunes para las personas religiosas. Pero esta vez la diferencia no estaba tanto en las respuestas que dieron a dichas preguntas -por impactantes que fueren- sino en el hecho de que asistieran a la conferencia. Que se juntaran en primer lugar. Que vinieran a hablar de la función sanadora de la contemplación y de la compasión en el mundo, en vez de hablar de los documentos de las iglesias o de los cánones, las escrituras o las costumbres que caracterizan a cada una. De hecho, tan sorprendente fue esta conferencia y su objetivo que se tuvo que añadir un seminario público a las sesiones privadas para acomodar a muchas personas que habían oído hablar de ella y querían asistir. La lucha entre estados rojos y estados azules [7] en los “Estados Unidos” puede ser un problema político pero, si somos sinceros, la “unidad” no es algo por lo que se hayan distinguido las religiones. Las religiones y los profesionales de la religión han estado mucho más dedicados, a lo largo de todas las épocas, a convertirse a sí mismos en Absolutos. Rutinariamente condenan al fuego del infierno a las otras religiones, sus escrituras, oraciones y creencias. Persiguieron y oprimieron y forzaron a la gente a entrar en sus propias tribus religiosas o los expulsaron de ellas. Convirtieron a muchos a golpe de espada y dividieron familias y se llamaron mutuamente paganos e infieles. Y todavía muchos lo siguen haciendo.

Pero todas estas actitudes no se veían en estas personas que asistieron a esta conferencia. Jóvenes mujeres rabinos presidían las oraciones del Sábado junto a rabinos ortodoxos. Los nativos americanos hicieron la ceremonia de la salida del sol. Los budistas cantaron. Los cristianos recitaron oraciones tradicionales y los imanes dirigieron la oración del viernes. Y todos juntos celebraron el zikr. Era la mirada de la transcendencia espiritual y la unidad contemplativa lo que yo veía en los rostros de las personas que se movían a mi alrededor.

La Iniciativa de las Mujeres para la Paz Global trabaja para reducir los conflictos en el mundo llamando a los líderes religiosos a que trabajen para mitigar sus peligros locales. ¿Dónde puede encontrarse mejor manera de empezar que en el centro contemplativo de la misma religión? Si las iglesias y las mezquitas y los templos no lo hacen -si en algo consiste la religión- alguien debe hacerlo.

Antes de despedirse se redactaron las conclusiones, como se suele hacer en todas las conferencias (se pueden encontrar en la Nota de Prensa en la página web: http://www.gpiw.org/pdf/aspen-pressrelease.pdf). Pero en cierto sentido, estos monjes y rabinos y sufíes y nativos americanos han logrado ya lo más importante: juntarse todos -y prometer volver a hacerlo. Decidieron que lo que se les pedía a ellos como personas religiosas en este momento de la historia es la eliminación de las barreras entre tradiciones, siguiendo el modelo de “unidad” del que habla la religión.

Desde mi punto de vista, esta sería una verdadera revolución que, a la larga, podría hacer tanto o más para cambiar el mundo realmente que los cambios en las estructuras económicas.

NOTAS DE LA TRADUCTORA

[1] La-a-illa-ha: oración musulmana

[2] Amazing Grace (la gracia que sorprende): canción religiosa inglesa compuesta por John Newton en 1779. Sigue siendo muy popular en los países de habla inglesa entre los cristianos de las diferentes confesiones. De vez en cuando también se canta en eventos deportivos o en grandes concentraciones de personas. La letra (en inglés) está en: http://en.wikipedia.org/wiki/Amazing_Grace. En la siguiente dirección se puede escuchar la versión de Elvis Presley que es bastante tradicional: http://www.youtube.com/watch?v=B3XdXEJEI4E

[3] zikr: palabra Urdu que se refiere a una ceremonia centrada en el recuerdo de Dios en el que se invoca repetidamente el nombre de Alá (http://en.wikipedia.org/wiki/Dhikr). La palabra árabe, quizá más conocida, es dhirk

[4] la palabra cambio (en inglés change) hace referencia al slogan de la campaña política de Barack Obama.

[5] La Iniciativa de las Mujeres para la Paz Global (http://www.gpiw.org/) (GPIW por su nombre en inglés) es una red internacional de mujeres y hombres espirituales y de líderes sociales. El grupo surgió de la creencia que hoy día las mujeres pueden contribuir de una manera única a encontrar alternativas a la violencia. La GPIW resalta también, de forma especial, la construcción del entendimiento interreligioso y el desarrollo del liderazgo en los jóvenes líderes sociales. Se puede encontrar una descripción de la GPIW en http://en.wikipedia.org/wiki/Global_Peace_Initiative_of_Women

[6] Dorothy Day, (1897-1980), fue una periodista de Estados Unidos, activista social, laica terciaria franciscana, anarquista cristiana, y miembro devota de la Iglesia Católica. Será conocida gracias a sus campañas por la justicia social, en defensa de los pobres. Junto con Peter Maurin, fundaría el Movimiento del Trabajador Católico en 1933.

[7] Alusión a la reciente campaña electoral de Estados Unidos: estados rojos: votaron a John McCain; estados azules, votaron a Barack Obama

Joan Chittister


[La H. Joan Chittister, OSB, pertenece a las Hermanas Benedictinas de Erie, PA, USA. Ella es conferenciante y autora conocida internacionalmente. Directora ejecutiva de Benetvision (benetvision.org). Este artículo se publicó en ncronline.org para la revista National Catholic Reporter. Ha sido traducida por MR para Atrio.org con permiso de la autora]

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