jueves, 22 de enero de 2009

LOS CRISTIANOS ANTE LA ENFERMEDAD Y EL SUFRIMIENTO

Reflexión ecuménica

Viernes, 23 de enero.- « ¿Qué quieres que haga por ti?» (Mc 10, 51). La pregunta de Jesús al ciego de Jericó viene hoy a ilustrar maravillosamente la situación no sólo de quienes sufren y de los que les asisten, sino de la causa ecuménica en sí. Los salmos nos ayudan a comprender que los gritos que a Dios elevamos pueden ser la expresión de un profundo lazo con él. La compasión cristiana frente a la desesperación de los que sufren es un signo del Reino. Unidas, las Iglesias cristianas pueden hacer cambiar las cosas tratando de obtener para los enfermos la ayuda material y espiritual que necesitan. Todo ello es verdad, por supuesto, pero también lo es, yendo a lo propiamente espiritual del asunto, que las Iglesias divididas pueden ser viva imagen del ciego a quien Jesús ofrece curación: que la ceguera de las divisiones, de los odios, de las rivalidades, del distanciamiento intereclesial fue siempre la peor.

Aunque todavía separadas, nuestras Iglesias son conscientes de la compasión del Señor hacia los que sufren, mayormente los invidentes de la Verdad. Los cristianos siguieron siempre su ejemplo cuidando enfermos, construyendo hospitales, abriendo leproserías y preocupándose no sólo del alma sino también del cuerpo de los hijos de Dios. Sin embargo, esto no es tan evidente. Las personas con buena salud tienden a considerar que la salud es suya y a olvidar a los que no pueden participar plenamente en la vida de la comunidad debido a sus dolencias. En cuanto a los enfermos, se sienten a menudo apoyados por Dios, por su presencia, por su gracia y por su fuerza salvadora. Los que sufren repiten a veces la súplica del ciego: « ¡Que vea!» (Mc 10, 51). En el ecumenismo abundan los ciegos del alma, los sordos del corazón, los aquejados de minusvalías interiores. Y lo peor no es eso. Lo peor viene cuando los tales ignoran que también Jesús, que suplicó al Padre la unidad de su Iglesia, se dirige a ellos con la pregunta del Evangelio de Marcos; « ¿Qué quieres que haga por ti?» (Mc 10, 51).

También ahora, como entonces, hay quienes se afanan por caminar con Jesús pero desentendidos por completo de la falta de unidad, ignorando al pobre ciego sentado al borde del camino, es decir, el sangrante mal de las divisiones intereclesiales. Es más, hoy son a menudo los enfermos de los países pobres pidiendo a gritos medicinas, lo que nos hacen reflexionar sobre los desafíos que más nos interpelan.

Los enfermos de la división intereclesial, que son los más, ni se preocupan acaso ni nos preocupan. Y es que se sigue creyendo, desdichadamente, que el ecumenismo es cosa de minorías, entretenimiento de unos pocos, que lo viven como un hobby. La enfermedad y el sufrimiento se han revelado a menudo factores más determinantes para el ecumenismo que el propio diálogo. El dolor curte, se dice a menudo. Y une, podríamos añadir, con su enorme potencia curativa y reconciliadora. Las Iglesias, por eso, haciendo suya la súplica del ciego, podrían rogar a Jesús: ¡Señor, haznos tu Iglesia!

PROF. DR. D. PEDRO LANGA AGUILAR, OSA
Reflexiones para la Semana de Oración por la Unidad 2009

Celebración de la Semana de la Unidad: documentos.

De: INFOEKUMENE

martes, 13 de enero de 2009

Camino de sabiduría: la séptima dirección

Maria Fradera i Teresa Guardans

Dicen los indios lakotas que cuando Wakan Tanka ya había fijado las seis direcciones (Norte, Sur, Este, Oeste, arriba y abajo) vio que necesitaba una más. Wakan Tanka sabía que la séptima dirección sería la más poderosa. Por ello procuró que no fuera muy fácil dar con ella. Wakan Tanka eligió el último lugar en el que buscan los seres humanos: el interior, el corazón de cada uno.
Desde entonces, esa es la dirección de la sabiduría.


Introducción al libro de Maria Fradera y Teresa Guardans, La setena direcció: el conreu de la interioritat (Claret, 2008. 101 p.)


Seis son las direcciones de la necesidad. La séptima, la de la gratuidad.

Seis direcciones nos facilitan todo lo que necesitamos para sobrevivir: unas direcciones que dan forma al mundo y a las capacidades de los seres vivos.

La séptima es otra cosa muy diferente. Es como un banquete, como una puerta abierta. La séptima es posibilidad viva. Es poderosa, transformadora.

Desde el mismo instante de nacer desarrollamos el arte de proveernos para satisfacer las necesidades: necesitamos alimentos, hacernos un lugar, cobijo, reproducir-nos, reconocimiento ..., siempre necesitamos algo! Es lo que pasa si uno es un ser vivo.

Cada una de nuestras facultades puede quedar totalmente ocupada y limitada en procurarse nos provisiones ... Mirar para ..., leer para ..., buscar para ...., investigar para ..., estudiar para ..., amar para ..., dar para ... Con la atención focalizada hacia el objetivo a alcanzar.

Desde la perspectiva de la necesidad, cada uno de nosotros convierte la realidad en un escenario y se sitúa en el centro en actitud de recaudador, o de cazador, exactamente en medio. Pero hay más posibilidades. Desplazando el punto de vista, haciendo ver que no necesitamos nada, mirando como quien no pretende mirar nada ... pasan cosas muy sorprendentes! Los mismos tonos, las mismas personas, los mismos sonidos ... pero todo es distinto. Nada es como era. Como cuando cambiamos el punto de enfoque de la cámara fotográfica y lo que sólo era un fondo borroso pasa a mostrar-se nítido, vivo. denso. Bello. Misterioso. Pleno. De repente, cada cosa cuenta, nada es insignificante. Ya nada forma parte de un decorado inerte. Ni siquiera nosotros mismos. Todo adquiere dimensiones insospechadas.

Desplazarse, dejar de tratar de ocupar el centro (de atención), tratar con la vida poniendo entre paréntesis nuestro juego de necesidades, equivaldrá a "dejar ser" a la realidad. Un "dejar ser" que alimenta la admiración profunda, la interrogación, la veneración. Hablar en términos de una nueva "dirección" es una imagen bastante acertada: es la séptima dirección, la de la sabiduría porque genera interés sincero (no un interés supeditado a unas expectativas). Y desde el interés sincero, la realidad muestra su rostro inefable, absoluto. El interés sincero es amor sincero, y el amor es corresponsabilidad.

No es una orientación que se suma a las otras añadiendo nuevas ocupaciones sino un cambio de perspectiva que transforma, que genera una modificación profunda en la vida misma (las "seis direcciones"). Vivir pasa a ser, verdaderamente, algo diferente.

Es la séptima dirección, la que nos permite ser, de verdad, seres humanos.

Hay que encontrar-la, y para encontrar, hay que buscar. Buscar en este marco significa crecer. Significa alimentar lo que da solidez, consistencia; también lo que nos ayudará a desplazarnos del centro. Buscar es hacer posible que la séptima dirección se convierta en el eje del existir.

Buscar la séptima dirección es cultivar la capacidad de atención sostenida, de observación, de escucha, de silenciamiento: la atención que nos permitirá hacer nacer el interés por lo que hay y existe, por sí mismo, que no es la atención para detectar lo que necesito y como hacérmelo mío ...

Buscar la séptima dirección es hacer lo posible para ver y transmitir que la realidad no es un escenario plano, inerte, domesticado: es promover la interrogación, la capacidad de maravillarse. Es huir de las respuestas cerradas, de las etiquetas fáciles, de las recetas.

Buscar la séptima dirección es mirar porque merece la pena, escuchar porque se lo merece. Jugar porque se lo merece. Amar porque se lo merece ... una larga lista que, al fin y al cabo, no es otra cosa que "vivir porque se lo merece". O hacer espacio a la gratuidad, de corazón, de mente y de acción. Dejar correr esa agua que desemboca en el reconocimiento y el agradecimiento desde las profundidades del existir.

Buscar la séptima dirección es favorecer la autonomía personal. Que las opciones puedan apoyarse, poco a poco, en el reconocimiento interior, en el sabor de laverdad, en la reflexión, compartida e individual.
Es valorar la fortaleza, los intentos y el ánimo de reto, más que la perfección de unos resultados. Es transmitir que el verdadero éxito es retomar una y otra vez: revisar, modificar, volver. Y, al mismo tiempo, es aprender a reconocer la grandeza de la pulga. Porque somos pulgas. Y mi grandeza, la de cada uno, no proviene del papel de primeros actores en el centro del escenario, sino lo que trasciende cualquiera de estos papeles ...

Y claro, buscar la séptima dirección es desarrollar las herramientas que nos permiten saborear el legado de sabiduría de tantas y tantas generaciones. Es familiarizarnos con el lenguaje simbólico, el lenguaje de la poesía y de la búsqueda espiritual, el lenguaje del arte y de la música ...: hacer nuestros todos aquellos lenguajes que no pretenden describir cómo funcionan las cosas, sino que nos abren caminos para indagar su valor.

Para que la séptima dirección es precisamente eso: esa orientación que nos permite darnos cuenta del valor de todo lo que existe, y al hacerlo genera reconocimiento, gratitud, un gesto interior que ensancha los corazones y transforma las miradas. Es, verdaderamente, la dirección de la sabiduría.

Bien, pues, estas páginas hablan de buscar la séptima dirección. Si no, el título sería otro. En primer lugar, repasaremos todos estos elementos que acabamos de mencionar, y veremos como se interrelacionan; veremos que, de hecho, son aspectos de una misma orientación, que se acompañan unos a otros. Seguirán varias propuestas de trabajo, actividades concretas que nos ayudarán a ver que no se trata de hacer nada complicado, sino de sacar provecho de las situaciones que tenemos al alcance. Cada propuesta incluye diversas actividades, con un abanico de variantes y de posibilidades, para facilitar la adaptación a los diversos entornos educativos: familia, escuela, educación no formal ..., así como un arco amplio de edades. Tal como están presentadas pensamos en grupos de niños y niñas de 8-12 años, sin excluir que se puedan adaptar a otras edades. Las actividades siguen un cierto itinerario, sin que ello quiera decir que haya que seguir todo punto por punto. Lo que importa es captar su sentido para que cada uno se le pueda hacer suyo en el marco concreto en el que se trabaje.

Y ya sin más preámbulos os invitamos a compartir con nosotros esta reflexión sobre el crecimiento interior, o sobre el desarrollo humano armónico, en todas sus dimensiones

Traducción del catalán: IntCat

sábado, 10 de enero de 2009

El judaismo de Jesus

Por José Manuel Vidal
Martes, 23 de diciembre 2008

Mario Saban nació en Buenos Aires en 1966 y es descendiente de los judíos españoles expulsados en 1492. Es teólogo, abogado y secretario de la Entesa judeocristiana de Cataluña. Autor de numerosos libros, en su última y quizás el más polémica obra, “El judaísmo de Jesús” , asegura que el Nazareno “no vino a fundar religión alguna”, que era “un fariseo” y que no hay nada en su ética que sea original. Ni siquiera “el amor a los enemigos”.

¿Por qué elige un tema y un título tan significativo para su libro?

Hace muchos años comencé a estudiar los orígenes judíos del cristianismo, pero la verdad es que nunca me atreví con la figura de Jesús. Le tenía una especie de temor reverencial. Por supuesto, lo leía profundamente en el Nuevo Testamento, pero a mí me interesaba ver el desarrollo del cristianismo posterior a la desaparición de Jesús. De ahí mi primera obra del año 94, Las raíces judías del cristianismo, donde hago un análisis desde la desaparición de Jesús hasta el siglo II. Después hice otra parte de la investigación sobre el judaísmo de Pablo, y finalmente otra obra sobre el sábado en el cristianismo. ¿Por qué el cristianismo cambió el sabbat, el día del descanso sabático, por el domingo?.

¿Y quedaba el judaísmo de Jesús?

Efectivamente, y hace 3 o 4 años me tomé el atrevimiento de abordar por fin a Jesús. Supe que sería difícil, pues es un personaje bastante inclasificable desde el punto de vista intelectual. Para conseguirlo, trabajé de dos formas el Nuevo Testamento: literalmente, leyendo de forma directa, y equilibrando las ideas a través de los autores y las diversas teologías. Pero no quise entrar en el terreno cristológico, con el problema del Mesías, pues siendo yo judío, advertí que lo que justamente nos divide a cristianos y judíos, es el problema de si Jesús es o fue el Mesías, es o no Dios. Me salté esa problemática para centrarme en la ética. En si la ética que Jesús postuló era una originalidad o era la misma que los judíos sustentábamos antiguamente.

Porque lo que queda claro desde el principio, es que Jesús fue un judío. ¿Esencialmente, esa es su tesis, junto con la ética de Jesús? ¿Son ésas las ideas fundamentales de su obra?

Sí. Jesús nació y vivió como judío, por lo tanto, alguien podría erróneamente pensar que reformó la religión judía. Pero, justamente, lo que defiendo en mi obra es que Jesús no vino a fundar ninguna religión, ni pensó que iba a originar el cristianismo. Independientemente de si tenía o no autoconciencia mesiánica. El Antiguo Testamento y la Torá, prácticamente coincide con todas las enseñanzas de Jesús. La originalidad es que las enseñanzas de 400 rabinos juntos, se encuentran todas en Jesús. Tenía un conocimiento sensacional y una memoria prodigiosa de todas las escuelas judías de la época. Y de cada una tomaba lo mejor. Por eso se vuelve inclasificable.

Muchas veces decimos desde la vertiente teológica católica que en Jesús hay especificidades, originalidades concretas. Por ejemplo: el amor a los enemigos. ¿Eso era algo habitual en la ética común de aquella época?

Sí. El amor a loe enemigos está en los textos de la tradición judía. No es una postura original. En Jesús podemos encontrar enseñanzas que lleguen a radicalizar la ética de la Torá. Su ética es más utópica, exige más. El sanedrín permitía a cualquier rabino radicalizar la Torá, no rebajarla, aunque algunos lo hiciesen. Con lo cual, los rabinos pudieron corregir, para arriba o para abajo, los textos de la Torá.

¿Jesús siempre hacia arriba?

No, a veces también flexibilizando. La mayoría sí, hacia arriba, radicalmente.

En el sabbat, por ejemplo, rebaja, ¿no es así?

Sí, y esto permite ver con qué escuelas fariseas estaba conectado Jesús. Por ejemplo, la escuela de Hillel, pedía flexibilidad en las instituciones, las ceremonias, la ética… Cuando Jesús dice “el hombre no ha sido hecho para el sábado, sino el sábado para el hombre”, está repitiendo las palabras de Hillel en el Talmud. También utilizó Jesús un texto de un rabino que vivió 100 años antes.

¿O sea que no hay nada de lo que conocemos de Jesús que no haya sido dicho antes por los rabinos judíos?

O lo dicen los rabinos o la tradición escrita, y por lo tanto, Jesús no sólo fue judío de nacimiento, sino que todas sus fuentes eran puramente judías.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, el tema del divorcio Jesús lo aborda desde el punto de vista de otra de las escuelas fariseas, la de Shamai, muy dura. Y admite, entonces, el divorcio, sólo en caso de adulterio. ¿Por qué la Iglesia lo prohíbe, si Jesús lo permite por adulterio? En cambio, el judaísmo no heredó la postura de Jesús y de Shamai, sino la de Hillel: flexibilidad total. Y de hecho, en el mundo judío, el divorcio está instituido religiosamente y una persona divorciada puede volver a casarse en la sinagoga. Esto mucha gente católica no lo sabe, pero es así desde la época de Moisés.

Pero Jesús dice “Moisés dijo, la Torá dice, Yo os digo…”. Afirmaciones que, en la teología católica, se aducen como una superación, como un paso más allá de la ética…

Bueno, yo demuestro en una obra sobre la tradición oral hebrea que hay muchos rabinos que dicen “Yo os digo”. Y nadie se inmutó, nadie creó una nueva religión por esto. Todas las excusas de originalidad que el cristianismo necesitó para la independencia de la religión madre, que era la judía, se analizan en el siglo II, pero hasta entonces, los seguidores de Cristo no eran conscientes de estar formando una nueva religión. Seguían a un rabino radical, excelente, que incluso da luz a la interpretación de la Torá de los judíos actuales… pero esto no quiere decir que se formara una “ley de Cristo”, independiente de la Ley de Moisés. Sólo en el siglo II se plantearon: ¿Cómo hacemos para independizarnos de Jerusalén?

¿El que “inventa” el cristianismo es Pablo?

No lo inventa totalmente, pero permite crear un movimiento diferente del mundo judío. Es decir, no es su propia teología, sino las consecuencias de su teología, las que dan lugar a la desvinculación de Jerusalén de los gentiles seguidores de Jesús.

En contra de lo que quería Pedro.

Sí, y también seguramente en contra de lo que quería Jesús. Jesús criticó a los fariseos que van a buscar un prosélito por mar y tierra, y Pablo, que era fariseo hijo de fariseos, justamente hizo esto que Jesús criticó: buscar prosélitos por mar y tierra.

¿Qué diferencias hay entre la ética de Jesús y la de Pablo?

Creo que la ética de Jesús es la misma que la de Pablo. Sólo que Pablo incorpora diferencias culturales del mundo helénico. Pablo hablaba griego, estudió, podría decirse que había ido a la universidad…Su auditorio era la élite judía del Imperio Romano, no los pobres galileos que andaban por ahí. Jesús iba al pueblo. Por eso a Pablo le cuesta más convencer al auditorio de Atenas de la idea de la resurrección. Cuando intenta desde el Areópago convencer a los griegos de esto, lo toman por loco. ¿Quiénes son, entonces, los primeros que lo entienden? Los judíos que vivían en Grecia. Por eso son los que dicen ¡Jesús resucito! Porque existía ya en el marco de la teología judía la idea de la resurrección. Por lo tanto, si estos judíos pudieron convencer a los paganos, fue trasladando esta idea.

En su libro aborda el tema de Jesús como un simple rabino, no como el Hijo de Dios y de María la Virgen.

Yo sólo trato el tema ético, porque en cuestiones de fe cada uno tiene su verdad. No existe una verdad absoluta científica sobre si fue el Mesías o no. Los teólogos alemanes están discutiendo si tuvo autoconciencia o no… Pero mi libro, al llegar a ese límite, se para. Como judío, yo puedo acercarme sólo a que Jesús fue un rabino y un profeta. También entro en las parábolas del Reino, que son casi mesianología obligada. Es decir, cómo un judío del siglo I entendía lo que es el Reino de Dios. Y es tan complejo el tema, que ningún cristiano de a pie, es más, ni de la jerarquía, ni tampoco del ámbito de la Teología, puede descifrar conceptualmente qué es el Reino. Te dirían que es un reino espiritual, para lavarse las manos del problema de si los primeros seguidores vieron a Jesús como un Mesías nacional. Pues, en ese caso, habría que formular al grupo de Jesús con tendencias políticas. De hecho, la única pregunta que le hacen a Jesús después de resucitado, en los Hechos de los Apóstoles, es: ¿Cuándo restaurarás el reino de Israel? Es decir, sus primeros seguidores no le dicen “¿Cuándo vas a crear un mundo de paz y amor?”. Y a oídos de Roma, “¿Cuándo restaurarás el reino de Israel?”, es una rebelión político-militar contra el imperio.

Un Mesías revolucionario.

Para el mundo judío del siglo I, Mesías es revolución. De ahí se puede entender por qué lo matan en la cruz. En cambio, para Pablo, se sacrifica por los pecados del mundo. Pero esto es una concepción post-pascual, post-Jesús. Así que si nadie define el Reino desde el punto de vista material, sólo desde el espiritual, tenemos un problema en la teología tanto judía como cristiana, que es saber a qué se refería Jesús al hablar del Reino.

¿Quién mata a Jesús?

Los romanos, con la alianza de la élite judío-saducea del templo de Jerusalén. Con los colaboracionistas de Roma. Judíos corruptos.

Sé que en tu libro no entras en cuestiones históricas, pero no me resisto a preguntarte. ¿Existió realmente Jesús? ¿Hay pruebas de su existencia real?

Yo te diría que sí. Estoy convencido 100%, después de haber estudiado tanto a Jesús. Porque si su ética ya preexistía, es obvio que Jesús conocía las tradiciones anteriores. Si se llamaba así o de otra manera, es secundario. Pero lo que sí es seguro es que sus enseñanzas son claramente de un rabino del siglo I. Y por ahí es por donde se puede ver su historicidad, desde sus discusiones, propias de un rabino que conocía la teología de la época. Decir que Jesús no existió es ridículo. Un rabino como él tuvo que haber existido, se llamase como se llamara. Porque todas sus enseñanzas están enganchadas con la época.

¿Historiográficamente no existe nada?

Si se plantea la historicidad de Jesús, entramos en un problema más gordo: el de la historicidad de la Biblia entera. ¿Qué prueba tenemos de que existió Moisés, o David, o Pablo? Ninguna. ¿Necesitamos fuentes paralelas para saber que la Biblia es real? En ese caso, tenemos los rollos del Mar Muerto, que nos dan una perspectiva de una historicidad manifiesta de ciertos personajes.

¿Está probado que Jesús estuvo conectado con el mundo esenio?

Estoy convencido de que tuvo que tener contacto. Por sus enseñanzas, que conectan directamente con los esenios. Por ejemplo, el encuentro con el joven rico que quiere ser perfecto, al que dice que entregue todos sus bienes a los pobres. Esto lo pedían los esenios. Los fariseos solo exigían el diezmo, que los judíos siguen exigiendo hoy, que pasó a la Iglesia y también al mundo protestante. Además, los esenios eran apocalípticos inminentes, decían “viene la redención”. Y Jesús dijo que el Reino estaba cada vez más cerca. Los fariseos no tenían esa idea de que el Reino estaba tan presente.
Y la tercera prueba que lo conecta con los esenios es Juan el Bautista, su propio primo. Y él, indudablemente, era esenio, pues existe un paralelismo entre los alimentos que el Nuevo Testamento dice que comía Juan el Bautista y los alimentos que dicen los rollos del Mar Muerto que comían los esenios.
Por tanto, hay conexión entre Jesús y los movimientos esenios. Aunque no les sigue, por ejemplo, en la postura de meterse en una cueva a orar a Dios, sino que, por el contrario, sale a campo político, a predicar. Y no en el Mar Muerto, sino en Galilea. Así que el
área de acción de Juan y de los esenios es diferente de la de Jesús.


¿Cómo definiría, pues, a Jesús?

Si tuviera que definirlo diría que Jesús es un fariseo, pues lo llaman “rabí”, como llamaban a los maestros fariseos, y además cree en la resurrección.

¿Y por qué discute tanto con los fariseos?

Porque en general se discute siempre con la familia, con los más cercanos. Entre los fariseos el gran debate era cómo interpretar mejor la Torá. Querían llegar al núcleo, y cuanto más discutieran, más se acercarían. En cambio, en la cristología del siglo II se desmonta toda la historia para el debate del libre pensamiento judío del siglo I, y se dice que los fariseos fueron los enemigos de Jesús que prácticamente lo llevaron a la muerte. Pero esto no tiene sentido, porque los fariseos no tenían poder ni ante Roma ni ante el sanedrín. Está claro que Jesús estaba fundando una escuela farisea diferente a las demás, pero muchos fariseos lo apoyaban.

¿Cómo ve en este momento la relación del Vaticano, Benedicto XVI, con el rabino Neusner? ¿Qué opina de la eventual beatificación de Pío XII?

En primer lugar, el eje central es Juan XXIII. Con él se produce en la Iglesia un cambio radical con respecto al tema judío. Aunque lo que él aprobó en el Concilio Vaticano II no ha llegado todavía a España. En cambio, en Roma sí hay un espíritu mucho más abierto al diálogo, más liberal. Juan pablo II indudablemente también dio muchísima fuerza al diálogo.

Su visita a Israel, su rezo ante el muro…

Y el reconocimiento del holocausto judío en Europa. Sí, Juan pablo II avanzó mucho en este sentido, aunque yo entiendo que para muchos católicos fuera un Papa conservador internamente. Pero en diálogo interreligioso avanzó muchísimo. Como dices, incluso pidió perdón ante el Muro de los Lamentos por los errores de la Iglesia: Inqusición, cruzadas…Esto fue un acercamiento muy grande.
Del lado judío el acercamiento se complica puesto que no tenemos jerarquías. Pero sí que hay cada vez más autores judíos como yo, que nos acercamos a la figura de Jesús y al cristianismo primitivo. Y ese acercamiento intelectual es también apertura al diálogo.

¿Cómo se siente un sefardí en España? ¿Es España antisemita?

Hay problemas, resquemores, muchos siglos de incomprensión. Esto no se termina de un día para otro. La imagen en España del judío usurero, del judío que tiene dos cuernos y un rabo, que sólo sigue en España, por otra parte. Y esta imagen, que no se tiene, por ejemplo, en Italia, hay que combatirla. Es una especificidad antijudía de España, que muchas veces se hace por inercia, sin intención.

¿Es un tópico?

Sí. Por ejemplo, muchas personas dicen “judiada” en su vocabulario. Y seguramente no lo hagan adrede, porque hay siglos tras este tópico. A lo que se añade la falta de existencia física de judíos en España, pues tras la expulsión de 1492 y hasta el siglo XX, los judíos no volvimos a mostrarnos libremente en España. Francia, Alemania… hasta la propia Roma, con su papado, tuvo judíos durante toda su historia. No fue así en España.

¿La beatificación de Pío XII puede ser un obstáculo en el acercamiento?

Yo creo que sí, porque no queda clara cuál fue su posición.

¿Interpretáis que, al menos, fue el Papa que guardó silencio?

La problemática es si hubiera podido hacer más o no. Si los nazis lo hubieran matado. Si él no habló para sobrevivir como institución, o si, como dice la Iglesia, hizo mucho, pero por debajo de la mesa.

Desde Roma dicen que no hizo más, porque podía haber represalias más fuertes por parte del Tercer Reich contra los judíos.

Más de lo que pasó ya era prácticamente inimaginable. Además, no me queda clara la posición que tenía él dentro de la Iglesia. La Iglesia es una institución y muchas veces no se sabe bien hasta dónde llega la autonomía del Papa. Y en la Segunda Guerra Mundial todavía hay una Iglesia antisemita dentro de Europa. Hay que ver a Pío XII desde la Iglesia de los años 30, donde quedaban restos del antijudaísmo medieval, donde todavía no existía dialogo.

Tras analizar en profundidad a Jesús como un rabino, ¿le seduce su figura?

Sí, a mi Yoshua me seduce muchísimo. Como judío del siglo I, yo le hubiera seguido. A un cristianismo del siglo II, paganizado, no hubiera entrado, pues mi judaísmo me lo impediría, pero como judío del siglo I me queda muy claro que ese nivel de oratoria, de entrar en la ética de forma directa, me hubiera seducido. Claro que sí.

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El judaísmo de Jesús, que se distribuye en España desde el 1 de diciembre en todas las librerías. Puede consultarse también en la pagina web http://www.eljudaismodejesus.com/index.php.